6.8.07

LAS RELACIONES HISTÓRICAS

Los acontecimientos históricos regresan para marcar el rumbo del presente. En el transcurrir de la vida de la humanidad no hay nada aislado, inédito, absoluto, todo acto tiene sus raíces en el pasado. De allí, la importancia de las relaciones históricas, de ellas depende el carácter de los procesos de hoy.
Los hechos históricos que festejemos, el por qué los celebremos, y la manera como los conmemoremos, van a indicar el carácter de los procesos de hoy. A ningún revolucionario se le ocurriría celebrar la cosiata, pero celebra la ayuda que Petión le dio a Bolívar como precursora del ALBA, y también recuerda con gozo el aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista.
La Revolución Bolivariana se relaciona directamente con lo más rebelde, lo más extremista de la Revolución de Independencia. Nos relacionamos con Bolívar y su “trescientos años de calma no bastan”, cuando entendió que había que radicalizar el proceso y superar la tendencia mantuana conciliadora que proponía la Junta Proctetora de los Derechos de Fernando VII. Nos relacionamos con el Libertador del “Decreto de Guerra a Muerte”, cuando entendió que era necesario delimitar los campos, ellos y nosotros. Y sobre todo nos relacionamos con el Bolívar traicionado y su obra inconclusa.
Recientemente celebramos el aniversario del Asalto al Cuartel Moncada y es bueno resaltar cuáles son las causas por las que ese acontecimiento sea central en los contentos de los revolucionarios mundiales, y cuáles son las relaciones de ese hecho con la Revolución Bolivariana.
El Cuartel Moncada significó en lo inmediato una fractura de la parsimonia de los revolucionarios del continente, que hasta entonces vegetaban en mares de burocracia y sumisión. Pero además fue muestra de que el deber de los revolucionarios es hacer la Revolución, y que ésta siempre es posible.
El Asalto al Cuartel Moncada es inicio de una renovación teórica vital para el camino revolucionario, una derrota del etapismo reaccionario. Mostró el rumbo de las revoluciones futuras y por supuesto marca a nuestra Revolución. Fue una operación militar que tenía como objetivo la conciencia del Pueblo, y sin dudas triunfó.
Y ese éxito significó un vuelco en la teoría, comprobó en la práctica que la conciencia es el fundamento de toda Revolución. Todas las acciones, las pequeñas y las grandes deben tener como fin la elevación y la consolidación de la conciencia del deber social.
Este principio ha guiado a la Revolución Cubana, de allí su extraordinaria resistencia frente a la adversidad, al desamparo de la Unión Soviética y al ataque incansable del imperio capitalista.
Reivindicamos el 26 de julio como una fecha que se hizo nuestra el 4 de febrero: las mismas motivaciones, la misma entrega, el mismo altruismo, el mismo objetivo. Por eso honramos el 26, por ser raíz y sentimiento del 4 de febrero, inicio de nuestra Revolución.
¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!
¡El 26 y el 4 un mismo sentimiento libertario!
¡Orden del libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

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