16.5.07

PODER Y PETROLEO

Durante las últimas semanas se observa una intensa campaña contra PDVSA, pareciera que de la petrolera sólo se puede hablar de corrupción, mal uso de los recursos, ineficiencia, burocracia, y otros ingredientes de una cruzada que aparentemente nace de las entrañas de la propia revolución. ¿Quiénes y por qué pagan esta campaña?

En los últimos cien años el dominio sobre el petróleo determinó el control sobre lo político. El poder siempre fue de los que controlaban el Petróleo, ellos marcaron las pautas al país, formaban las nuevas oligarquías y engrosaban las arcas de las oligarquías tradicionales. La riqueza nunca alcanzó para las demandas sociales de la población. Se producía una pálida alternabilidad en el gobierno, pero en la petrolera siempre permanecía la continuidad meritocrática.

Desde el 2003, en la pugna por cambiar los destinos de Venezuela, el pueblo bajo el liderazgo de Chávez expulsó la casta meritócrata y logró subordinar la petrolera a los intereses estratégicos de la Revolución. Se inició el desmontaje del entreguismo heredado de la IV República, se detiene la desnacionalización, se fortalece la OPEP, se inicia el envío de petróleo a la bloqueada Cuba y a otras naciones.

Por primera vez PDVSA se subordinó a un proyecto político revolucionario. Nunca los recursos petroleros se distribuyeron de forma más justa y transparente en beneficio de los venezolanos: misiones sociales, obras de infraestructura, viviendas, planes de siembra, entre otros. PDVSA dejó de ser una compañía extranjera subordinada a los intereses transnacionales, vedada a los venezolanos, tabú para la prensa, para convertirse en el alma económica estratégica de la Revolución Bolivariana bajo el liderazgo del Comandante Chávez, quien dicta ahora las pautas al resto del país, incluyendo a la petrolera.

¿Por qué atacar despiadadamente a la nueva PDVSA? ¿Por qué agredirla de forma sistemática y desequilibrada, con premeditación y alevosía e invocando banderas revolucionarias? Nadie niega que, como todas las instituciones, todavía tiene problemas y vicios del pasado. ¿Pero qué intereses se solapan detrás de una operación mediática de esta naturaleza? Veamos.

Cualquier proyecto interno o externo que pretenda hegemonizar la sociedad venezolana y torcer el rumbo socialista, precisa atacar a PDVSA, el eslabón político más débil y simultáneamente el corazón económico de la Revolución. Si la contrarrevolución o la quinta columna interna controlan la petrolera, intentarán la restauración.
La neoligarquía que creció al amparo de la renta, ahora viene por el corazón petrolero de la nación. Sus intereses exigen otro proyecto de país, donde no hay espacio para el Socialismo.

El meollo de la fuerte oleada de ataques contra PDVSA y el ocultamiento de sus logros, por parte de medios y plumíferos mercenarios apátridas al servicio del capital, es el anuncio anticipado de un nuevo intento de restaurar el viejo orden petrolero burgués, de regresar al capitalismo y yugular el Socialismo.

¡No volverán, y no retoñarán!

¡Chávez es Socialismo!

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