18.10.06

LA HISTORIA DEL AMOR

LA DECLARACIÓN DE AMOR DEL COMANDANTE Chávez al pueblo de Venezuela, engendró una avalancha de chirridos opositores, parecen demonios en presencia de la cruz. Las críticas al Manifiesto Amoroso de Chávez, son muy débiles, desconsideradas y carentes de inteligencia. Con ellas la oposición quedó al descubierto en su condición de conmilitones de Judas, incapaces de comprender el amor.
Con este manifiesto, el Comandante adquirió la dimensión de verdadero revolucionario, el movido por profundos sentimientos de amor, el amor que ha guiado a los revolucionarios auténticos desde los propios inicios de las civilizaciones. Veamos.
Cristo entendió que el problema central del humano era el amor, y ofrendó su vida en el intento de “amaos los unos a los otros”. Desde esa época, la historia de la humanidad ha sido la historia de los intentos por concretar ese mandamiento de amor.
Durante mucho tiempo se pensó que era en la esfera espiritual donde estaría la respuesta, y los llamados a la convivencia, las oraciones y rezos pidiendo un mundo amoroso, abundaron en el firmamento humano.
Pero la humanidad siguió extraviada, sin respuesta. En un momento el hombre pensó que el reino del amor no era de este mundo, y su esperanza se trasladó a otras dimensiones. Los revolucionarios ensayaron construir un mundo de amor, transformando las condiciones materiales de existencia. Aquel fue un gran paso de la humanidad en su camino amoroso. Ese pueblo fue capaz de ofrendar veinte millones de sus mejores hijos para detener al demonio nazi. El glorioso intento constructor de la Unión Soviética, demostró dos cosas muy importantes: una, que el humano puede elevarse hasta alcanzar cumbres celestiales, y la otra, que no basta modificar la existencia para construir el amor.
Finalmente, con Fidel y con el Che, comprendimos que la conquista de la sociedad del amor tiene dos fundamentos: la creación de la conciencia amorosa, la conciencia de la pertenencia social, y la construcción de la economía de propiedad social que sustenta a esa conciencia amorosa.
Ya la humanidad arribó al conocimiento, ahora espera por la acción que concrete el sueño de Cristo.
Hoy en Venezuela convergen más de dos mil años de esfuerzo y anhelo constructor del mundo del amor. Y es hoy y aquí, con el Comandante Chávez y la Revolución Bolivariana, que se puede concretar ese sueño:
Las Misiones, territorio amoroso socialista. Las relaciones internacionales fraternales. La búsqueda de una economía de propiedad social. El partido único, que será territorio para la formación del hombre nuevo amoroso. Son acercamientos al mundo amoroso.
Por conquistar y defender la concreción de este sueño, por defender a la Revolución Bolivariana, que es un paso en el camino sagrado de la humanidad, vale la pena vivir y también vale la pena morir, si es necesario.
Se comprende que la oposición tiemble frente al Manifiesto Amoroso. Ellos son heraldos negros de las profundidades de las tinieblas, pero aquí en Venezuela saldrán derrotados.
¡Chávez es amor, en lucha constante contra el odio!

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