16.6.06

SOMOS PRIVILEGIADOS

Los pueblos tienen la grandeza de los asuntos que los ocupan. El pueblo de Venezuela es un pueblo privilegiado porque tiene la singular oportunidad de discutir y construir al Socialismo. El humano hoy no tiene tarea más trascendente que la construcción de una sociedad donde el hombre deje de ser lobo del hombre, y donde la naturaleza no sea objetivo de depredación sino de atención, de armonía.
El Comandante Chávez nos dice que: “O la humanidad camina hacia el Socialismo o la humanidad perece, no es posible seguir transitando el capitalismo, ese camino es el camino al infierno”, y nos convoca a la batalla con la bandera grande que lleva inscrita la consigna “Socialismo o muerte”. Es la hora de la grandeza, no hay lugar para lo pequeño, y todo es pequeño frente a la tarea de salvar a la humanidad.
El mundo, los pueblos del planeta, están atrapados en un torbellino capitalista. Europa, Asía, China, la América, sucumben a los cantos de sirena del demonio capitalista. China, ahora modelo de capitalismo, tiene los más altos índices de desarrollo económico y, simultáneamente, tiene los más desastrosos índices de deterioro del medio ambiente. No hay duda, el capitalismo produce un impacto ecológico que en pocos años nos llevará al abismo. Estamos en un mundo enloquecido por el lucro, la producción y la competencia. Los capitalistas nos llevan al suicidio de la especie. De seguir este camino, tendremos el macabro privilegio de ser la única especie que en toda la historia del planeta se suicidó.
El hombre del capitalismo se debate entre ser un robot consumista o ser un excluido, miserable en los dos casos, convertido en un remedo cruel de lo que podría ser, condenado a ser una víctima de su propia creación. La humanidad, el humano, no tiene otra salida que superar al capitalismo. Las pretendidas soluciones individuales, inevitablemente, encuentran al final del camino la frustración.
Para el mundo es vital un ejemplo que de existencia a la esperanza, que le muestre el camino de la superación del capitalismo y la construcción de una sociedad que coloque al humano en el centro de todas las acciones, que derrote a los agoreros que pregonan que la revolución no es posible, que murió la esperanza. En Venezuela tenemos la posibilidad, la altísima responsabilidad, de ser ese ejemplo.
En esta hora la obligación de los dirigentes es una sola: llevar al pueblo las ideas, organizarnos, guiarnos en la lucha contra el capitalismo y en la construcción del Socialismo. La meta es el Socialismo, no hay estaciones intermedias, no hay cabida para medianías que sólo sirven para distraer y hundirnos en el fango de la derrota. Sólo hay cabida para lo grande.
Sustituir la lucha Socialista por prebendas personales es una traición a la humanidad. Distraer los caminos de la lucha socialista por atajos ilusorios, es una evasión con consecuencias dramáticas.
¡Solo el Socialismo salva al pueblo!
¡Chávez es socialista!

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