4.5.06

Dos

Hoy, los revolucionarios venezolanos tienen dos tareas importantes: una, la reelección del Comandante Chávez, triunfo que debe ser con una mayoría tal que no deje espacio para las maniobras del imperio y sus marionetas locales; y, la otra, prepararse para cualquier trance que el imperio nos ponga en el camino de la Revolución.
Las dos faenas no están aisladas, al contrario, forman un sólo bloque. Sería un error ingenuo creer que estamos en condiciones normales en las que podemos dedicarnos a la campaña electoral, como si ningún otro peligro nos acechara, cuando por el contrario vivimos vientos de guerra. Es necesario, entonces, que las dos tareas formen parte de la gran batalla en defensa y construcción de la Revolución, se complementen, se potencien, sean unidad en el combate. ¿Cómo hacerlo?
La clave está en profundizar la Revolución. Expliquemos
Las acciones de profundización, las que nos acercan al Socialismo, deben ser el fundamento de la conquista de los diez millones. Es decir, la estrategia nuestra, que es la construcción del Socialismo, debe determinar la táctica, que es conseguir los diez millones de votos. La táctica no debe tragarse a la estrategia. Toda acción táctica debe estar impregnada de la estrategia, es decir, debe ir teñida de Socialismo, de no ser así corremos el peligro de extraviarnos en alguna parte del camino.
Siendo así, sería un error convertir la elección en un fin en sí mismo. Las elecciones, los diez millones de votos, deben ser, tienen que ser, un paso hacia el Socialismo, ocasión para elevar la conciencia del deber social, organizar, informar. De ninguna manera podemos caer en el error de abordar las elecciones como si fueran una simple campaña publicitaria comercial, de hacerlo corremos el riesgo de vivir en la apariencia y desechar las profundidades, que es allí en definitivas cuentas donde se deciden los destinos. Cometeremos la torpeza de plantear la disputa en el terreno de la ficción donde somos más débiles, donde el enemigo puede desplegar sus promesas sin sentido. Debemos colocar la lucha en el terreno de las ideas trascendentes, en el campo de las transformaciones profundas, en el camino de la construcción de una sociedad nueva, de la construcción del Socialismo, que es donde somos fuertes. Es allí, en este terreno, donde la Revolución puede triunfar.
Los candidatos del imperio pueden ofrecer maravillas, pero no pueden ir más allá del Capitalismo desgastado, no pueden ofrecer Socialismo, por lo tanto no pueden ofrecer soluciones verdaderas y profundas. El Socialismo es excelente elector porque rescata el amor, reencuentra al humano consigo, y construye la sociedad que soñaron Bolívar y Cristo. Cada paso hacia el Socialismo nos fortalecerá para todas las formas del enfrentamiento con el imperio.

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