7.1.13

PROLETARIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN (Lunes 07-01-2013)


El Che Guevara escribe en El Socialismo y el Hombre en Cuba”, que en la guerrilla de la Sierra Maestra se dio un proceso de proletarización del pensamiento.
Esta afirmación indica un salto inmenso en la teoría revolucionaria y propina una fuerte derrota al dogmatismo, abriendo el camino hacia la posibilidad revolucionaria en los territorios periféricos pocos desarrollados de los imperios. Expliquemos.
Una dogmática interpretación de la teoría revolucionaria, soldaba mecánicamente la ideología de una clase con esa clase, de esta manera las ideologías eran privadas de movilidad, es decir, la ideología proletaria era propia, única del proletariado, estaba consustancialmente unida a él, no podía existir sino asociada a él. Lo mismo sucedería con la ideología oligarca, estaría ligada a la clase oligarca.
            Se ignoraba el hecho de que la dominación es posible porque la ideología de la clase dominante coloniza el alma del dominado, migra. De esa misma forma, la liberación es posible porque la ideología liberadora la del proletariado también migra hacia otras clases. Este dogmatismo también ignora el hecho de que las ideologías son universales, propias de toda la geografía humana. Es suficiente que en una parte del mundo existan las condiciones materiales que la sustenten para que en cualquier parte del planeta surjan esas ideologías.
Así, la teoría proletaria es edificada sobre las condiciones materiales de Inglaterra. Con el instrumental filosófico de Hegel y Marx que surge en Alemania. Aprende de la práctica francesa, la comuna. Y tiene su primera aplicación práctica en Rusia, país rezagado en el desarrollo imperialista. Aquí se muestra lo universal y la migración de las ideologías.
El Che nos devela uno de los grandes logros de la Revolución Cubana, quizá el mayor: siendo una Revolución campesina, liderizada por individuos surgidos de la clase media, es capaz de apropiarse del pensamiento revolucionario proletario universal y conducir a ese Pueblo hacia las metas más avanzadas que la humanidad se ha planteado en toda su historia: recomponer la sociedad, derrotar definitivamente al capitalismo, forma superior de la esclavitud, y enrumbarse hacia la redención del humano.
La esencia de la ideología proletaria es la transformación de la sociedad para impedir que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, cambiar la manera de consumir y de producir y, entrelazada con esas nuevas bases, construir una Nueva Espiritualidad, una Nueva Cultura, una Nueva Moral, unas Nuevas Luces. Siguiendo esta experiencia, nutriéndose con la enseñanza de la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana debe proletarizarse, superar su etapa pequeño burguesa, caracterizada por los intentos de morigerar al capitalismo y, enrumbarse decididamente hacia la construcción, sin ambages, de la sociedad del amor, la libertad, hacia la construcción del Socialismo.
Si no conseguimos dotar a la Revolución de la ideología proletaria, si el pueblo no hace suya la ideología, la moral y las luces de esa clase, que por explotada, es génesis de ideas libertarias, entonces, irremediablemente no podrá avanzar hacia las hermosas metas propuestas.
¡Con Chávez!

6.1.13

TRANSICIÓN (Domingo 06-01-2013)


El período de transición al Socialismo es motivo de gran discusión en el campo revolucionario. Muchas son las teorías que allí pugnan, que lo interpretan, lo analizan. De ese campo de batalla surgirán las ideas que guiarán el camino de los procesos de cambio.
El período de transición al Socialismo surge de la realidad, de la toma del poder por movimientos revolucionarios en países de poco desarrollo de las fuerzas productivas, poco desarrollo económico. La teoría no había previsto esta circunstancia, fue elaborada pensando una situación en la que las fuerzas productivas chocaban con las relaciones de producción que las constreñían.
En esa situación, surgió la pregunta ¿Qué hacer?
Algunos movimientos revolucionarios que tomaron el poder, esclavizados a una interpretación dogmática de los clásicos, entregaron el poder a la burguesía esperando que ellas crearan las “condiciones” para la Revolución, así desperdiciaron las raras oportunidades revolucionarias.
Ese fue el caso del 23 de Enero de 1958 en Venezuela: después de derrocada la dictadura, los revolucionarios entregaron el poder a la burguesía y a sus representantes, sumiendo al país en casi medio siglo de oscuridad.
En la Rusia de 1917, Lenin guió la toma del poder y desde allí la construcción del Socialismo. Formuló la teoría del eslabón más débil, y así dio respuesta a la pregunta: qué hacer cuando los revolucionarios toman el poder en países de poco desarrollo.
Fidel y los guerrilleros toman el poder en Cuba en 1959 y reafirmaron que “el deber de los Revolucionarios es hacer la Revolución”, y emprenden el camino difícil pero hermoso de tomar el cielo por asalto, de devolver al humano su condición de humano.
Aquí en la Revolución Bolivariana, la discusión sobre el tema es intensa, pero no es explícita, se discute con sordina, pero se actúa con presteza.
Es así, los partidarios de la etapa de transición, dirigida, hegemonizada por el capitalismo, difunden poco su teoría, se limitan a exponer la necesidad de una convivencia entre un capitalismo que estimulan, que crean, y un Socialismo que no dejan prosperar, al contrario, lo combaten bajo cuerda.
Sus ideas restauradoras las enmascaran en una suerte de Socialismo Productivo que lleva explícito, que sugiere, que debe ser dirigido por el capitalismo. Las medidas que proponen llevan ese signo.
Por otra parte, los partidarios de una etapa de transición que debe ser construcción de realidad y espiritualidad socialista, entienden que el Socialismo no surge espontáneamente, se debe y se puede construir en el alma y en lo concreto, en la realidad, y que esa debe ser la prioridad del Gobierno Bolivariano, hacia allá deben ir dirigidas las acciones, las medidas, el mensaje.
La Revolución Bolivariana ha avanzado en la espiritualidad, la conexión amorosa entre el Comandante y el pueblo es un pilar fortísimo de la Revolución. Las jornadas de Abril y Diciembre lo demostraron. Ahora es necesario dotar al Socialismo de base material, esa es la tarea. Al contrario, dotar al capitalismo de base material es un crimen de lesa Revolución.
¡Con Chávez y el Socialismo!

5.1.13

PLUSVALÍA Y PRODUCTIVO (Sábado 05-01-2013)


Plusvalía y Productivo son dos términos muy usados en estos días, es importante precisar sus definiciones. Veamos.
Plusvalía, se puede entender como equivalente a beneficio o especulación, de esta manera un expendio de mercancía que cobre muy por encima de los costos será un plusválido o un especulador. Esta definición será correcta, pero es insuficiente.
Si nos quedamos sólo con ella podremos perseguir a los especuladores, pero no abarcaremos la profundidades del capitalismo. Expliquemos.
La plusvalía importante para la Revolución, sin la cual no es posible entender el funcionamiento del capitalismo, debe definirse como el tiempo de trabajo que el obrero realiza más allá del tiempo de trabajo que el capitalista le remunera, es en pocas palabras, un tiempo de trabajo que el obrero realiza y el capitalista no paga.
La Plusvalía así definida evidencia el robo del capitalista llamado “productivo”. No es optativa, es decir, todo obrero que trabaja para un capitalista, sea este grande, mediano o pequeño, es necesariamente esquilmado, no se puede escapar. Entonces, podemos concluir: “si es capitalista, necesariamente es ladrón”.
Esta plusvalía del productor capitalista, es el origen de la plusvalía del comerciante, y del comportamiento egoísta de la sociedad.
Sólo la Propiedad Social de los medios de producción, administrados por el Estado, hace posible la eliminación de la plusvalía en la producción, y como consecuencia todas las plusvalías. Sólo sobre esa nueva relación se puede edificar el Socialismo.
El otro término muy usado en estos días es el de “Productivo”, se usa como una patente para certificar teorías, así se habla de proceso productivo, socialismo productivo, sector productivo, etc. El término consagra, pero, ¿qué hay en sus profundidades? Veamos.
Para el capitalismo lo productivo es lo que reproduce su capital, es decir, lo que les permite la mayor Plusvalía. La mayor explotación posible.
Para el capitalista la mercancía no es vista desde el punto de las necesidades que satisface, sino que es considerada por su capacidad de competir en el mercado, del trabajo que contiene, o en otras palabras, las ganancias que le proporcionen.
De esta manera, cuando el capitalismo habla de productivo, está hablando de explotación. Así, el sector productivo será el sector explotador, el proceso productivo en realidad es el proceso explotador.
Una producción sana, un “sector productivo no explotador”, sólo es posible en el Socialismo, en donde el producto del trabajo es destinado a satisfacer las necesidades sociales, y el trabajador no es esquilmado, porque trabaja para la sociedad, y todo el fruto de su trabajo se revierte en su beneficio, en tanto trabajador y en tanto ser social. El trabajo le es recompensado de acuerdo a sus necesidades y él trabaja de acuerdo a su capacidad.
De allí que la lucha contra la especulación, la batalla por la producción, tiene que ser la confrontación, en el terreno económico, con el capitalismo. Hoy más que nunca el Socialismo se construye con Socialismo y nunca con capitalismo.
¡Con Chávez!
¡Irreverencia y Lealtad!

4.1.13

CUBA DEFINE (Viernes 04-01-2013)


           En 1989, el mundo asistió perplejo a la caída sin combate del campo socialista. Inmediatamente florecieron teorías para explicar al nuevo mundo que se estructuró sobre los escombros del muro de Berlín. Se llegó hasta vaticinar el fin de la historia, absurdo que aún sobrevive.
           En Venezuela la situación fue similar. Salieron nuevas interpretaciones del mundo y se produjo un cataclismo en la teoría revolucionaria. El escepticismo cundió, pasarse al campo contrarevolucionario era tolerado, bajaron las tensiones entre los revolucionarios y los dirigentes del status.
          Muchos líderes revolucionarios pasaron a formar parte de los gabinetes de los gobiernos de la dominación. Se vendieron los libros de Marx y de Lenin a las librerías de usados, que los compraban a precio de papel de envolver. Era mal visto hablar de la época de la guerrilla, o se mencionaba con desprecio.
       Todo parecía definido, el mundo se había reconstruido, el asunto era insertarse, conseguir ubicación en aquella arquitectura social que duraría por los siglos de los siglos.
Un hecho perturbaba a estos exrevolucionarios, ahora renegados: Cuba estaba allí, permanecía, resistía… ¿Por qué? ¿Por qué? Ninguna de sus neoteorías daba explicación a este hecho. Todas se estrellaban frente a la fortaleza moral cubana.
            Las explicaciones llovieron con desespero: “está allí, pero tiene problemas, no hay jabón”. “Está allí, pero no hacen elecciones”. “Esta allí, pero no cumplen con los derechos humanos”. Explicaciones y justificaciones que se derretían al acercarse a los hechos: estaba allí, bloqueada, sin ayuda, sola en el mar del capitalismo, y no caía.
        La lección era una: el Socialismo es viable y es el futuro de la humanidad.
 Sólo un pueblo Socialista es capaz de la hazaña de la Cuba de aquellos días: ¡resistir a la caída del campo socialista, y al embate del imperio más poderoso que ha conocido la historia!
            Ella preservó la esperanza.
         Nos decía con su ejemplo que un mundo mejor es posible, que la historia no terminaba con el capitalismo, que la enfermedad era superable. Poco a poco, la humanidad volvió sus ojos a Cuba. Su llama heroica aún alumbra el camino de salida del infierno capitalista.
         La posición frente a Cuba define a los revolucionarios. A ella nos une algo más que intereses materiales o afinidades ligeras: nos une la hermandad de remar juntos en el mismo barco, el de la redención del humano, el del Socialismo.
          ¡Viva Cuba Socialista!

3.1.13

PERÍODO ESPECIAL (Jueves 03-01-2013)

Una de las enseñanzas más importantes de la Revolución Cubana es el comportamiento de aquella sociedad y de sus dirigentes frente al derrumbe del Socialismo Soviético. Veamos.
            La economía Cubana cayó en 85 % de un día para otro, un golpe del que nadie esperaba recuperación, todos presentían la caída de la obra de Fidel, unos con alegría, otros con tristeza.
            Pero el milagro ocurrió, la Revolución Cubana resistió y preservó el ideal Socialista, conservando así la posibilidad de salvación del mundo de la voracidad capitalista, que sin duda, nos conduce al infierno.
            Cuba ante las dificultades económicas decretó un Período Especial que es importante estudiar.
            Aquel Período Especial era producido por la escasez, se necesitaba entonces acerar las fuerzas morales del Pueblo, la información, las organizaciones sociales, la vanguardia política, para que el Pueblo no entregará su dignidad, no entregara la Revolución por “un plato de lentejas”.
            Se hicieron planes de emergencia económica, funcionó la planificación central, que es la forma como la sociedad toma cuenta de su destino, de sus recursos, y los coloca donde más lo necesite. Así se preservaron los principales planes sociales, se racionalizó la economía, se protegieron los niños y los ancianos, nadie quedó abandonado.
            Una de las principales enseñanzas de aquella experiencia es que la sociedad socialista por medio de la planificación central y la iniciativa popular supera cualquier adversidad. Sociedad, individuo y Estado entrelazados en un esfuerzo común superaron la dificultad mayor que ha sufrido un Pueblo en tiempo de paz.
            La otra experiencia principal fue que todo el esfuerzo se sustentó en la Conciencia del Deber Social. Los dirigentes y el Pueblo apelaron a la mejor fibra heredada de los libertadores de Cuba, se apoyó en el ejemplo de Martí y en la epopeya de la Sierra Maestra.
            El Pueblo fue convocado para el sacrificio que funda y preserva, y respondió guiado por el ejemplo de sus libertadores.
            Nosotros pensamos que aquel Período Especial, que surge de las carencias dramáticas, se caracterizaba por el peligro de las salidas individuales, por ser un terreno propicio para la tentación egoísta.
            Pero no hay ni habrá forma de “mercado” para pagar el sacrificio y la entrega de millones de hombres por un ideal. Por eso era importante la Batalla de Ideas, la batalla por la reafirmación de la Conciencia del Deber Social.
            Aquí en Venezuela, y aunque parezca paradójico, estamos también en un Período Especial de bonanza petrolera, que nos hace territorio propicio para la tentación egoísta.
            El peligro es el mismo, la Revolución se pierde por el egoísmo, base de la ideología capitalista, allá surgía de la escasez, acá surge de la abundancia.
            Entonces, la forma de atacar la situación es la misma: convocar al Pueblo para el sacrificio que funda y preserva, y con el ejemplo de los libertadores acerar sus fuerzas morales, profundizar la Conciencia del Deber Social, eficacia e información, Fe en el Socialismo, horror al capitalismo oligarca.
¡Con Chávez!

30.12.12

LA COMPENSACIÓN SOCIALISTA (Domingo 30-12-2012)

El capitalismo produjo una inmensa deuda social, sumió a la sociedad en la miseria material y espiritual: el hambre, la exclusión de todos los beneficios y de oportunidades arropó a las mayorías.
            El Socialismo debe pagar esa deuda, es un deber y una necesidad. No obstante, es imposible pagar la deuda social sólo en lo material, es indispensable, so riesgo de que todo se derrumbe, construir nuevas relaciones sociales, ahora amorosas, entre los hombres y de éstos con la naturaleza, construir un nuevo mundo, en el que no exista la apropiación del trabajo ajeno, donde, como dijo Martí, "todos luchen por el bien de todos".
            Todos por el bien de todos, he allí una síntesis genial de lo que es el Socialismo. ¿Pero, cómo llevarlo a la práctica, cuáles son las grandes líneas que rigen su construcción?
            Los clásicos nos dejaron un pilar de la teoría, indispensable para la construcción socialista: "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad". Este precepto tiene sus raíces en el cristianismo primitivo, el que nos dejó Cristo en sus sermones, el de la vida en comunidad.
            La Revolución Bolivariana en su camino hacia el Socialismo debe adecuar a su realidad la teoría socialista universal, que es producto de siglos de lucha del hombre por liberarse del monstruo egoísta que él mismo creó.
            La Revolución debe partir de nuestra realidad de país rentista, con distorsiones en nuestra economía y en nuestra conducta social, donde la riqueza proviene de la renta más que del trabajo. La política en estos cien años de renta petrolera ha estado signada por esta situación. La compensación petrolera, la repartición de la renta, califica a los gobiernos: “quien más reparta mejor es”. En época de bonanza el gobierno es simpático, cuando baja la renta el gobierno tiene dificultades.
            Las migajas de la renta petrolera daban estabilidad a los gobiernos, el pueblo narcotizado de consumismo se iba sumiendo en la miseria espiritual y material. El clientelismo era el opio del pueblo, las dádivas embozaban cualquier protesta.
            Esta estructura material y espiritual debe ser demolida, para eso es necesario subsanar las carencias materiales, pero sobre todo sustituir la espiritualidad que sostenía a toda esa armazón perversa. Es aquí donde se hace importante el pilar teórico del Socialismo. Veamos.
            Al dar a cada uno según su necesidad, una casa, acceso a la salud, la educación, etc., estamos saldando la deuda social en lo material.
            Al exigir de cada uno según su capacidad, que retribuya lo recibido, que compense a la sociedad el beneficio que ésta le otorga, estamos formando conciencia de sociedad, creando Conciencia del Deber Social.
            Todo beneficio que la sociedad a través del Estado da al individuo, éste debe compensarlo con trabajo de acuerdo a su capacidad. Los beneficios que la sociedad otorga no son una transacción económica, son un intercambio de afectos, de amor.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!