11.1.13

¿APRENDIMOS EN LA FIESTA? (Viernes 11-01-2013)


Tal como diría Domingo Alberto Rangel, llegamos al fin de fiesta. El mundo se retuerce en una crisis que amenaza arrasar con todo lo conocido. Europa ya no es destino, es fuga. Los gringos hacen maromas para cubrir la tronera fiscal, China, Brasil y los emergentes se hunden junto al mundo, sus riquezas no flotan, hacen peso.
El Comandante, enfermo, está imposibilitado de desplegar toda su fuerza espiritual y material. Es un golpe noble a la Revolución. Lo que el Comandante amortiguaba con su prestigio sale a flote, se expresa con fuerza.
Son días de realizar lo que hemos aprendido en estos catorce años de bonanza espiritual, material y de convivencia íntima con el líder, en la nueva situación se manifestará lo que somos, sabremos lo que hemos construido. Las nuevas circunstancias requieren precipitar decisiones, marcar rumbos, acelerar los pasos. Vivimos una encrucijada definitoria. Veamos.
Los oligarcas pendulan entre el fingimiento de permanecer en la Constitución (que siempre han adversado), o romper como en abril y en el sabotaje petrolero, con la hipocresía de defender lo que no les pertenece. Una fracción de la canalla intenta retroceder al pacto de punto fijo, ahora con la participación de desgajos del chavismo, el polo que tenga más posibilidades arrastrará a los oligarcas. Ellos no tienen más escrúpulos que la defensa de sus intereses.
En el campo bolivariano las tendencias, las ideologías, se manifiestan revestidas por los requerimientos unitarios y la tristeza por los padecimientos de Chávez. Lo espontáneo produce corrimiento hacia la derecha, el desconcierto y la debilidad ideológica nos llevan a la conciliación.
¿Qué hacer?
Lo primero, es dejar la candidez de creer en el espejismo de una convivencia con el capitalismo y con su expresión política, la derecha oligarca. Al contrario, los capitalistas tienen como meta debilitarnos y arrasarnos. Así como podemos ser ejemplo de un camino para la redención del humano, también podemos ser escarmiento para los pueblos que pretendan liberarse. Los capitalistas están obligados a barrer el ejemplo del chavismo, a aplicarnos terapia de choque como hicieron con Allende en Chile.
Lo segundo, es entrar con valentía en un proceso autocrítico, corregir el rumbo ¡Rectificar!, ir decididos hacia el Socialismo haciendo lo que eso significa: cambiando las relaciones entre los humanos, las relaciones económicas. No es posible construir Socialismo en un país donde el sesenta por ciento del producto interno sea actividad egoísta, capitalista, privada. No es posible construir Socialismo si el Estado Revolucionario estimula al capitalismo. No es posible tener organización social, económica ni política, egoísta, fragmentada y fragmentadora y, simultáneamente, pretender construir Socialismo.
Lo tercero, es garantizar la unidad sin que ésta sacrifique la discusión.
En los próximos días se mostrará qué hemos aprendido: si tenemos la sabiduría para recorrer el camino que la historia propone, con la teoría y el pensamiento acumulado durante milenios de lucha revolucionaria, de práctica de generaciones de revolucionarios, o si sucumbiremos en la patraña adeca de que "ignorancia, oportunismo, improvisación, es virtud".
¡Chavistas!

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