Las ideologías cada vez más determinan los agrupamientos políticos. En la mesa de la derecha se enmacollan los capitalistas apátridas, excrescencia del pacto de punto fijo. Su posición es definida, son apátridas seguidores de las instrucciones gringas. Éstas son claras: salir de Chávez, romper la OPEP para pagar el petróleo a precios viles, atacar a Cuba, estallar la ALBA, vender a PDVSA para reducirla a una oficina de relaciones con el norte, apropiarse del petróleo, de las reservas, perseguir a los obreros, ilegalizar a los sindicatos y a los dirigentes populares. En resumen, capitalismo. Por allí van sus planes, no son inventos o suposiciones, fue lo que hicieron en abril en menos de 40 horas.
Es así, los capitalistas apátridas tienen su organismo de coordinación, funciona como un Estado Mayor de avanzada gringa en la guerra de cuarta generación. Allá fueron a parar los partidos del pacto de punto fijo y los oportunistas pragmáticos.
Los gobernadores apátridas forman un grupo que pretende darle aroma de poder a la disidencia. Sus intereses personales los traicionan y piden dinero para hacerse fuertes y chantajear a sus propios aliados, quieren volver a la situación de pequeños feudos.
No es difícil detectar estos polos capitalistas-imperialistas. Es bueno recordar que las burguesías nacionales, como lo dijo un clásico, son caricaturas de burguesías, no son nacionales, son apéndices del capitalismo mundial. No tiene cabida alianzas con las "burguesías nacionales" para una supuesta etapa de Liberación Nacional, esto es llevar al patíbulo a la posibilidad revolucionaria. La Liberación Nacional sólo es posible fusionada con el Socialismo, no constituye una etapa aislada.
Es por eso que el capitalismo se defiende en estos países en coyunda con el imperio, son meros agentes del capitalismo mundial, nunca sus opositores.
La situación de las ideologías dentro del gobierno es más difícil de precisar, se confunden los requerimientos tácticos con la estrategia. Pero es dentro de nosotros que se da la lucha ideológica decisiva para la Revolución. Veamos.
La Revolución ha llegado a un punto que reclama definición ideológica, es ese avance el que explica los recientes desprendimientos oportunistas. La definición ideológica es indispensable para la Revolución, de ella dependerá su futuro, pero no es fácil, contra ella conspiran variadas fuerzas: la costumbre, la falta de rigor teórico, el desprecio por el estudio, y el prestigio de la improvisación. Las definiciones, las precisiones, son atacadas por las sectas oportunistas.
En resumen, a la precisión ideológica se opone toda la cultura que valoriza la falta de rigor e irresponsabilidad en los argumentos, que conspira contra la construcción de ideología.
La Revolución debe interiorizar que la construcción de una teoría revolucionaria, no es otra cosa que la adaptación del pensamiento revolucionario universal a nuestras circunstancias. Es tarea vital, sin este esclarecimiento daremos muchos tumbos en nuestras prácticas, y confundiremos a la masa, así será fácil presa de las maniobras de capitalistas y reformistas.
A esa tarea debemos dedicar gran energía. El estudio, la discusión, la construcción teórica, merecen toda la atención.
¡Con Chávez siempre!
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