Alí Rodríguez Araque siempre ha enfrentado con valentía los retos teóricos y prácticos de la lucha revolucionaria. Nunca ha pedido cuartel, jamás ha regateado su voluntad a la causa de los humildes.
Los vientos de la Revolución Bolivariana lo encontraron en las primeras trincheras del enfrentamiento contra el imperio y sus lacayos locales. Cuando se solicitó su esfuerzo no pidió comodidad ni holgura. Frente al golpe de abril, presto preparó la clandestinidad indispensable para retar a aquel fascismo que no duró tres días. Al sabotaje petrolero de diciembre lo desafió desde el corazón de las filas enemigas, entonces dio muestras del coraje e inteligencia que acompañan a los revolucionarios.
La crisis eléctrica requirió su participación y no vaciló un minuto, dio un paso al frente y fue al centro de la batalla. Allí trabaja para resolver el problema práctico y simultáneamente enfrenta el ataque de los enemigos, siempre irresponsables, facilistas, inmediatistas.
El lunes 13 de Junio Alí se dirigió a la nación siguiendo las orientaciones del Comandante Chávez, y nos dio una clase de alta política, de responsabilidad estratégica, de visión mundial de los problemas.
Este día pasará a la historia como emblema de la madurez de la Revolución Bolivariana, de su evolución conceptual, de la toma de conciencia de sí misma, de su elevación sobre la lógica de la democracia burguesa, demagógica, clientelar, embustera. Ese día la Revolución resplandeció socialista.
Alí situó a la crisis eléctrica en su justo lugar: no es simplemente un asunto técnico, de generación, de transmisión, de consumo de más o menos megavatios, se trata de una profunda crisis cultural de la civilización capitalista, derrochadora y agresiva con la naturaleza.
Alí puso en escena una discusión ya impostergable, y que debemos enfrentar: el mundo no puede seguir el camino que nos propone el capitalismo, es suicida porque es inviable, la naturaleza no soporta a una especie humana capitalista irresponsable, botarate, derrochadora. La Revolución, el Comandante Chávez, han hablado de la crisis global en escenarios internacionales, la alerta de Chávez y Evo en Copenhague aún retumba en los corazones de los honestos.
Alí, la Revolución, con Fe en que el pueblo entienda la grandeza del planteamiento, corrió el riesgo de salir de la costumbre clientelar y actúa como un padre que explica a los hijos las limitaciones de la vida, le pone coto al consumo, enfrenta la lógica capitalista.
Los opositores, los enemigos de la vida, blanden de nuevo su irresponsabilidad, y con bajeza pretenden sacar provecho de la crisis. No les importa corregir el rumbo suicida, sólo les interesa el beneficio de hoy, actúan como los adoradores del Becerro de Oro, o los insensatos de Sodoma y Gomorra, promueven el desenfreno que termina en extinción.
Agreden a Alí y atacan al Comandante Chávez, les falta la calidad humana para entender el rescate del humanismo y del naturalismo.
Debemos estar contentos, con Chávez y Alí la Revolución está en buenas manos, va por buen camino.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
Los vientos de la Revolución Bolivariana lo encontraron en las primeras trincheras del enfrentamiento contra el imperio y sus lacayos locales. Cuando se solicitó su esfuerzo no pidió comodidad ni holgura. Frente al golpe de abril, presto preparó la clandestinidad indispensable para retar a aquel fascismo que no duró tres días. Al sabotaje petrolero de diciembre lo desafió desde el corazón de las filas enemigas, entonces dio muestras del coraje e inteligencia que acompañan a los revolucionarios.
La crisis eléctrica requirió su participación y no vaciló un minuto, dio un paso al frente y fue al centro de la batalla. Allí trabaja para resolver el problema práctico y simultáneamente enfrenta el ataque de los enemigos, siempre irresponsables, facilistas, inmediatistas.
El lunes 13 de Junio Alí se dirigió a la nación siguiendo las orientaciones del Comandante Chávez, y nos dio una clase de alta política, de responsabilidad estratégica, de visión mundial de los problemas.
Este día pasará a la historia como emblema de la madurez de la Revolución Bolivariana, de su evolución conceptual, de la toma de conciencia de sí misma, de su elevación sobre la lógica de la democracia burguesa, demagógica, clientelar, embustera. Ese día la Revolución resplandeció socialista.
Alí situó a la crisis eléctrica en su justo lugar: no es simplemente un asunto técnico, de generación, de transmisión, de consumo de más o menos megavatios, se trata de una profunda crisis cultural de la civilización capitalista, derrochadora y agresiva con la naturaleza.
Alí puso en escena una discusión ya impostergable, y que debemos enfrentar: el mundo no puede seguir el camino que nos propone el capitalismo, es suicida porque es inviable, la naturaleza no soporta a una especie humana capitalista irresponsable, botarate, derrochadora. La Revolución, el Comandante Chávez, han hablado de la crisis global en escenarios internacionales, la alerta de Chávez y Evo en Copenhague aún retumba en los corazones de los honestos.
Alí, la Revolución, con Fe en que el pueblo entienda la grandeza del planteamiento, corrió el riesgo de salir de la costumbre clientelar y actúa como un padre que explica a los hijos las limitaciones de la vida, le pone coto al consumo, enfrenta la lógica capitalista.
Los opositores, los enemigos de la vida, blanden de nuevo su irresponsabilidad, y con bajeza pretenden sacar provecho de la crisis. No les importa corregir el rumbo suicida, sólo les interesa el beneficio de hoy, actúan como los adoradores del Becerro de Oro, o los insensatos de Sodoma y Gomorra, promueven el desenfreno que termina en extinción.
Agreden a Alí y atacan al Comandante Chávez, les falta la calidad humana para entender el rescate del humanismo y del naturalismo.
Debemos estar contentos, con Chávez y Alí la Revolución está en buenas manos, va por buen camino.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario