10.4.11

EL BUEN VIVIR (Domingo 10-04-2011)

El deseo de Buen Vivir acompaña al hombre desde siempre. Podemos parafrasear a los clásicos y decir que: “la historia de la humanidad es la historia de la búsqueda del buen vivir”. Ya de esta primera afirmación se desprende que el asunto no es de fácil solución, amerita la discusión rigurosa de los revolucionarios. Veamos.

Al intentar analizar el asunto, inmediatamente surgen preguntas: ¿Qué es el Buen Vivir? ¿Cómo se alcanza? ¿Cuáles son las soluciones propuestas a lo largo de la historia?

Y una pregunta más general las engloba a todas: ¿Qué es el hombre?

La respuesta nos inquieta desde el momento mismo de reconocernos como pensantes, el hombre ha escrito mucho intentando atraparse en una teoría, y quizá seguirá esa búsqueda de sí mismo hasta el infinito. La condición humana cambia con el sistema, con la condición social.

¿Qué es el hombre? La respuesta es ideológica, y depende de la ubicación social, de los intereses que se pretendan justificar. Son tres las respuestas.

Un primer grupo se basa en la religión, nos dice que el hombre es espíritu, alma, eso es lo trascendente, lo material no importa, las penurias de hoy labran el camino para el Buen Vivir que espera en el más allá. Este pensamiento manipulado ha servido para facilitar la explotación.

Otro grupo propone que el Buen Vivir es lo material, está destinado para los que trabajan, para los ricos y los que puedan consumir mucho. De esa manera tendrán bienes materiales y estos serán el sustento del Buen Vivir. Esta idea es la base, la justificación del capitalismo. Los bienes materiales te darán la felicidad, si no la tienes “es culpa tuya”, “no trabajaste fuerte”.

La historia demuestra que ese no es el camino de la sociedad, ni de los individuos. La búsqueda desmesurada de bienes materiales ha construido un mundo dónde unos pocos poseen, y la gran mayoría es despojada, y la naturaleza sufre agresiones que eliminan las condiciones mínimas para la vida.

Los poseedores y los desposeídos son víctimas de un sistema que depreda a la naturaleza y destruye las condiciones para la vida, los poseedores padecen una patología de abundancia, y los desposeídos una patología de carencia. Todos viven en el desasosiego de la insatisfacción.

La respuesta de la Revolución es: el hombre más allá de las necesidades naturales, de las animales, tiene necesidades espirituales, y son éstas las que determinan su condición humana. Lo material tiene sentido en tanto es soporte de lo espiritual.

Lo material como meta aislada es esencia de la condición capitalista. El capitalismo nos hace creer que el Buen Vivir reside en atiborrarse de mercancías, ya que necesita un humano consumista, materialista, esos son sus valores: “más tienes, más vales”.

La solución revolucionaria al enigma del Buen Vivir, es el entrelazado de lo espiritual y lo material, primando lo espiritual. Los pueblos que construyen mundos, que se zafan de la parsimonia de lo mediocre, son pueblos llamados por valores espirituales. Los procesos movidos por lo material están destinados al olvido.

¡Con Chávez resteaos!

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