15.8.10

LA ÚNICA GUERRA QUE SE GANA ES LA QUE SE EVITA

El Comandante Chávez es un gran Estadista, sin duda el mejor gobernante en la historia patria. La afirmación no es lisonja, es una realidad: Chávez es el gobernante que ha conducido cambios estructurales de la sociedad, que permiten zafarnos de las relaciones de explotación y despojos que arrastramos desde la muerte del Libertador.
En la reciente confrontación con la oligarquía colombiana actúo con altura, dispuesto a cualquier sacrifico en aras del interés patrio. Por supuesto, la oligarquía nacional-gringa, que critica todo lo que Chávez hace, también ataca los acuerdos que alejaron la guerra.
Cuando los tambores de violencia amenazaban a las dos naciones, la oligarquía calificó al Comandante de guerrerista, ahora conseguida la paz, la misma oligarquía lo califica de blando. Así son los oligarcas, no tienen más brújula que el odio a Chávez. Atacan todo lo que hace la Revolución, y de esta manera no salen de los territorios de la pequeñez espiritual.
En Santa Marta se disipó una amenaza de guerra, eso fue un éxito importante del Comandante y su gobierno, demuestra una vez más su apego al humanismo, se evita derramamiento de sangre, sufrimiento y dolor para ambos pueblos. Fue una demostración de la calidad humana de quienes nos dirigen.
Ahora bien, el peligro continúa: las condiciones de misería en Colombia, fuente de la violencia, están allí, el sistema que las origina no ha cambiado en nada, al contrario, se fortalece. La actitud de la clase oligarca, cruel, asesina y represiva, sigue intacta. Los gringos siguen con sus planes de convertir a Colombia en base para el control militar de la América del Sur.
Seguramente la resistencia de ese pueblo continuará. Las formas que adquieran dependerán de la actitud de la oligarquía, ya sabemos que es afín al asesinato, las fosas comunes, y los miles de desaparecidos son ilustración macabra de su talante. Y dependerá también de la inteligencia de la resistencia.
La lucha armada nunca ha sido una vía pura, exclusiva, ni siquiera ha sido la vía principal, siempre es y será una vía auxiliar de la política. Eso significa, en palabras de Mao, que siempre la política debe dirigir al fusil, siempre será el alma de los pueblos el principal escenario de la batalla por el poder, por la hegemonía. Pensar que el principal campo de batalla es el militar es un error definitivo.
Mientras que la resistencia armada no refleje política, humanismo sobre el resto de la sociedad, la oligarquía seguirá destrozando a ese pueblo hermano.
Seguimos estando con el pueblo sufrido de Colombia, con los desplazados, con los desaparecidos, con los explotados. Y sabemos que la mejor solidaridad es construir aquí, de este lado de la frontera que separa a los hermanos, una sociedad que rescate el humanismo y sirva de ejemplo, de muestra, de que se puede vivir en paz verdadera, la paz con equidad.
Finalmente recordamos la advertencia del Apostol Martí: “…mientras sea la guerra un peligro, será siempre un deber prepararla”.
¡Chávez es Paz con equidad!

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