27.10.10

LOS LÍMITES DE LA REVOLUCIÓN

En el ambiente bulle la idea de que nuestra Revolución ha llegado al límite, que se agotó. El enemigo oligarca es el encargado de regar la patraña. Hablan de desbandada, esparcen rumores, deforman actitudes, ahondan grietas. Quieren desunirnos, desencantarnos de la Revolución y de su líder. La ofensiva merece reflexión. Veamos.
Las revoluciones llevan en su seno infinitas revoluciones. En otras palabras, una revolución es una secuencia de revoluciones, éstas no suceden en línea recta, una detrás de otra como si de un tren se tratara, son más bien parecidas a un remolino, a una tolvanera.
Así, cuando parece que la Revolución encuentra un límite, significa que la lucha de clases en su seno alcanzó tal tensión que reclama un salto, la fundación de una nueva realidad, un profundo cambio. Estamos, entonces, en medio de una crisis, entendida ésta como una época de posibilidades, una encrucijada. En otras palabras, una extraordinaria situación revolucionaria, propicia para seguir adelante.
No debemos confundir crisis con agotamiento. El objetivo del enemigo en medio de la situación límite es descorazonar a los revolucionarios, pintarle la situación como la pérdida de las posibilidades, confundirlos.
A veces se avanza, otras da la impresión de retroceso. El camino está lleno de obstáculos y reveses. Es por eso que orientarse en la turbulencia revolucionaria exige constancia, estudio, pensamiento, y sobre todo Fe en el líder.
Se debe tener Fe en el líder, este requisito, que a algunos les parece ir contra las reglas de la teoría, es soportado por la realidad: no hay registro histórico de una revolución sin la presencia de un líder que aglutine, establezca conexión con el alma de la masa. No aceptar esta enseñanza es un suicidio, una actitud mecánica.
Cuando el pueblo humilde pare un líder, éste lo resume, es su reflejo. El líder es el hilo imprescindible para atravesar desiertos, turbulencias y laberintos, es el que le da coherencia al proceso, a la sucesión de Revoluciones.
La lucha de clases en su fase revolucionaria, ese formidable choque de los mundos que cada clase representa, produce tal desajuste social, tal conmoción dentro de las clases en pugna, que sin un líder, sin esa cohesión, el proceso se diluiría en millones de chispas sin ningún sentido. Así, el choque de clases siempre se resolvería a favor de la clase dominante, que posee el aparato espiritual y militar, la tradición para el sometimiento.
El líder es la conexión del proceso con la realidad, sin él todo quedaría confinado al escritorio de los eruditos. El pueblo humilde, sin el sentimiento que lo moviliza, se replegaría a la lucha por la sobrevivencia cotidiana, y se produciría la desconexión entre teoría y práctica, táctica y estrategia, que es fundamento de la dominación.
Contar con un líder es garantía del tránsito seguro a través de la vicisitud que la Revolución supone.
En Venezuela la Revolución tiene la cohesión de un líder, eso es garantía de avance por sobre cualquier obstáculo.
¡Chávez es Socialismo!

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy acertdo este articulo, como es de esperarse. Nunca me desilusiono de este blog. Mas bien, siempre caigo en sorpresa ante los temas tratados por esta columna.

Y lo que este blog comenta sobre el punto critico de cada revolucion, es totalmente cierto, y es algo que algunos revolucionarios no han entendido.
Nosotros ya colmamos y cumplimos una meta: consolidar los principios de la revolucion socialista; internalos en cada uno, en la cultura del venezolano, posicionarla en el alma de de los venezolanos, en el ritmo de vida. Ahora, es responsabilidad de cada uno de nosotros llevarla a la practica. Y ese es el siguiente paso.

Hacia la victoria siempre.. Venceremos... Patria o Muerte con Chavez siempre..

Un saludo desde Puerto Ordaz.