La petrolera británica (BP) anuncia que ya resolvió el derrame de petróleo en el Golfo de México. Toda la Humanidad se alivia con la noticia.
El derrame fue contenido a tres meses de estar vertiendo diez millones de litros de petróleo diarios en las aguas del Golfo de México. El ambiente sufrió severo impacto, la economía de la zona se dislocó, el turismo y la pesca sufrieron el desastre.
Las reflexiones ecológicas se activaron, se habló de buscar nuevos combustibles, de repensar la manera de vivir, se cuestionó la tecnología.
El derrame del Golfo cesó, el suceso trajo dos consecuencias principales. Veamos.
Una, las acciones de la petrolera británica subieron en las bolsas internacionales. Leamos la noticia:
“Las acciones de la petrolera British Petroleum (BP), aumentaron su valor en los mercados de Londres y Nueva York este lunes, siguiendo la tendencia que viene registrando desde la semana pasada.
Las acciones de BP subieron un 8,2% en Londres, una recuperación del 30% con respecto al valor mínimo que registró el 25 de junio, pero todavía un 40% por debajo de la cotización previa al hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril, que generó el derrame en el Golfo de México.
Una noticia parece haber mejorado el perfil de la petrolera: la perspectiva de éxito del nuevo sistema que está desplegando para recoger el crudo”.
Así se comporta el capital, siempre cobarde, sin más ética que el lucro. Cuando la compañía estaba en problemas la abandonó, ahora vuelven vientos de normalidad y el capital regresa carroñero a buscar dividendos. El capital no sabe de consideraciones ecológicas, ni del futuro de la Humanidad , sólo le interesa el lucro.
La otra, las preocupaciones por la manera de vivir, por el ambiente, las necesidades de reconsiderar las tecnologías se olvidan con rapidez. Siempre ocurre así, en la crisis surgen los golpes de pecho y los propósitos de enmienda, el hombre se eleva sobre el camino al infierno que es el capitalismo y comienza a reflexionar sobre su destino. Pero al pasar el susto la Humanidad retoma su senda nefasta.
Estos derrames, los desajustes del clima: inundaciones, seguidas de sequía y de nuevas inundaciones, huracanes gigantes, pérdida del hielo de los polos, extinción acelerada de especies animales y vegetales, son señales del desastre que se avecina, y de lo poco preparado que estamos para enfrentarlo. O mejor, de la incapacidad del capitalismo de enfrentar la hecatombe que él mismo ha creado.
Entre nosotros ocurren advertencias claras, recientemente tuvimos una crisis de generación eléctrica, cuyo origen fueron cambios climáticos. Felizmente resolvimos gracias a la diligencia del gobierno. Sin embargo, eso no es suficiente, pasado el susto, seguimos la carrera demencial de consumo desmedido. Nosotros que debemos dar el ejemplo del comportamiento de una nueva sociedad, aún consumimos, o quizá debíamos decir, derrochamos más electricidad que cualquier país desarrollado.
Esperemos que con el próximo susto las reflexiones y los propósitos de enmienda ayuden verdaderamente a cambiar el rumbo suicida.
¡Chávez es Cristianismo, Socialismo!
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