Cuba no es una sociedad cualquiera, se trata de la vanguardia del Socialismo mundial, o más preciso, se trata del último baluarte de la esperanza de la sobrevivencia de la humanidad. Si la humanidad consigue superar la profunda crisis en que está sumergida, sin dudas esa superación tendrá su arranque en el ejemplo que es Cuba, en la teoría que allí se perfiló. La salvación de la humanidad pasa necesariamente por Cuba.
No es extraño, entonces, que Cuba sea solidaria con Venezuela, con la Revolución, siempre lo ha sido. Y no es extraño que el Gobierno Revolucionario estreche corazones con Cuba. Nosotros buscamos el futuro, el Hombre Nuevo, y teníamos que fijarnos en ella. La sociedad del amor encontró su santuario en Cuba, y de allí debemos aprender.
Es comprensible que el imperio decrete considerar a Cuba y a Venezuela un solo objetivo a destruir. No es raro que sus agentes nacionales cambien la actitud frente a Cuba, ya no hablan de la permanencia de las misiones en un hipotético gobierno de ellos, ahora califican de fuerza invasora a los hermanos internacionalistas cubanos. Este cambio tiene una sola lectura: ya decidieron la vía violenta para salir de Chávez, y la preparan. Si los cubanos son “fuerza invasora”, toda agresión contra ellos tiene justificación.
No hay dudas, la política del imperio en este continente la dictan los posada carriles. Obama es un halcón negro.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios?
Lo primero es estrechar los lazos de hermandad que, desde antes mismo de existir como naciones, unen la tierra de Maceo, Martí, con la tierra de José Leonardo Chirinos, Bolívar. Recordemos que Maceo era hijo de Venezolanos, que los “Rayos y Soles” de Bolívar, acicatearon las luchas más nobles de la Isla , y que sangre cubana regó nuestras luchas más altruistas del siglo pasado. Será eterno el retumbar en las playas y montañas nuestras, del glorioso nombre de Antonio Briones Montoto, ejemplo de entrega internacionalista, de humanismo desinteresado, y será eterno el recuerdo de Gustavo y Eduardo Machado, fundadores del partido raíz de las mejores causas cubanas.
Los pueblos de Cuba y Venezuela, ahora empeñados en la misma causa Socialista, siempre han combatido juntos en las luchas de los justos.
La hermandad con Cuba es sagrada para los revolucionarios venezolanos. Ayer fuimos solidarios con los barbudos de la Sierra Maestra, hoy
seremos fieles al mandato martiano de “amor con amor se paga”.
Los cubanos tienen nuestro respaldo incondicional, como son los respaldos entre revolucionarios. Si los escuálidos tocan a un cubano, estarán tocando la fibra más noble del corazón de la patria de Bolívar, que nos enseñó que “la patria es la América ”… Y habrá respuesta.
Permítanos el poeta que nos apropiemos de su verso, para gritar: ¡Cuba y Venezuela, de un pájaro las dos alas!
La bandera del rubí, cinco franjas y una estrella, siempre estará entrelazada con el tricolor de las ocho estrellas.
¡Chávez es Socialismo!
¡Vivan los cubanos internacionalistas!
No es extraño, entonces, que Cuba sea solidaria con Venezuela, con la Revolución, siempre lo ha sido. Y no es extraño que el Gobierno Revolucionario estreche corazones con Cuba. Nosotros buscamos el futuro, el Hombre Nuevo, y teníamos que fijarnos en ella. La sociedad del amor encontró su santuario en Cuba, y de allí debemos aprender.
Es comprensible que el imperio decrete considerar a Cuba y a Venezuela un solo objetivo a destruir. No es raro que sus agentes nacionales cambien la actitud frente a Cuba, ya no hablan de la permanencia de las misiones en un hipotético gobierno de ellos, ahora califican de fuerza invasora a los hermanos internacionalistas cubanos. Este cambio tiene una sola lectura: ya decidieron la vía violenta para salir de Chávez, y la preparan. Si los cubanos son “fuerza invasora”, toda agresión contra ellos tiene justificación.
No hay dudas, la política del imperio en este continente la dictan los posada carriles. Obama es un halcón negro.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios?
Lo primero es estrechar los lazos de hermandad que, desde antes mismo de existir como naciones, unen la tierra de Maceo, Martí, con la tierra de José Leonardo Chirinos, Bolívar. Recordemos que Maceo era hijo de Venezolanos, que los “Rayos y Soles” de Bolívar, acicatearon las luchas más nobles de la Isla , y que sangre cubana regó nuestras luchas más altruistas del siglo pasado. Será eterno el retumbar en las playas y montañas nuestras, del glorioso nombre de Antonio Briones Montoto, ejemplo de entrega internacionalista, de humanismo desinteresado, y será eterno el recuerdo de Gustavo y Eduardo Machado, fundadores del partido raíz de las mejores causas cubanas.
Los pueblos de Cuba y Venezuela, ahora empeñados en la misma causa Socialista, siempre han combatido juntos en las luchas de los justos.
La hermandad con Cuba es sagrada para los revolucionarios venezolanos. Ayer fuimos solidarios con los barbudos de la Sierra Maestra, hoy
seremos fieles al mandato martiano de “amor con amor se paga”.
Los cubanos tienen nuestro respaldo incondicional, como son los respaldos entre revolucionarios. Si los escuálidos tocan a un cubano, estarán tocando la fibra más noble del corazón de la patria de Bolívar, que nos enseñó que “la patria es la América ”… Y habrá respuesta.
Permítanos el poeta que nos apropiemos de su verso, para gritar: ¡Cuba y Venezuela, de un pájaro las dos alas!
La bandera del rubí, cinco franjas y una estrella, siempre estará entrelazada con el tricolor de las ocho estrellas.
¡Chávez es Socialismo!
¡Vivan los cubanos internacionalistas!
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