21.1.09

EL SUEÑO

Toda Revolución fue antes soñada. La Revolución siempre es la concreción de un sueño previo. El pensamiento, la ideología, precede al hecho.
De la calidad de ese sueño, de lo acertado de esa ideología dependen los pasos en el camino de edención, la calidad del sueño concretado. Sólo un gran sueño puede conducir grandes luchas. La medianía es incapaz de los grandes saltos.
El primer gran soñador fue Cristo, su “amaos los unos a los otros” resume la teoría de la liberación del humano: los humanos no serán libres hasta que se amen unos a los otros, y para eso tienen que producir en comunidad y consumir en comunidad. Ese era el sueño de Cristo, el que busca la humanidad hace milenios.
Bolívar comenzó a soñar en el Monte Sacro, nos dejó su sueño en el Manifiesto de Cartagena, en la Carta de Jamaica, en el Congreso de Angostura, en mil batallas, en su vida toda, que es lección de verdadera ciudadanía, la que fusiona lo civil y lo militar. Cuando lo militar se separa del pueblo desposeído, se hace represivo.
Lenin escribió mucho antes los fundamentos teóricos del sueño que sostuvo a la Revolución de Octubre.
Fidel en “ La Historia Me Absolverá” se hizo gigante, y aquel sueño que es perenne se transformó en Revolución Cubana.
El sueño siempre es guía, pero no siempre es concreción, el éxito de un sueño es un milagro, contra él se confabulan todas las fuerzas de la oscuridad, todas las mañas crecidas en miles de años de afrenta. La tradición se opone a los cambios, los miedos presentan obstáculos formidables.
Martin Luther King tuvo un sueño, y fue asesinado. John Winston Lennon imaginó un mundo mejor y pereció víctima del oprobio que proponía superar. Fabricio y los héroes de los sesenta cayeron bajo el peso de un mundo perverso que ellos quisieron superar. Rosa Luxemburgo fue asesinada por los reformistas que días antes eran sus compañeros de lucha.
Cuando nos enfrentamos al monstruo del norte, que ya disipó ilusiones de cambió, es necesario reafirmar el sueño que moviliza al pueblo desposeído, convocarlo para lo grande, es necesario volver al Samán de Güere, volver a Abril, a Diciembre.
Estamos en una encrucijada, y debemos mostrar el sueño que pide concreción, deslindarnos de los vicios que heredamos, señalar claramente el camino que pensamos transitar en el futuro. Es imprescindible que expliquemos al pueblo los cambios que vendrán, sólo así rescataremos el entusiasmo de la gran masa.
La batalla de la enmienda es decisiva, la necesaria publicidad debe ir acompañada de la preparación de los desposeídos para los enfrentamientos que generará el avance de la Revolución.
Debemos avanzar en la economía de Propiedad Social de los medios de producción, deslindarse, terminar con los coqueteos con el capitalismo, reforzar la organización política, depurarla, hacerla ejemplo de moral revolucionaria, y reforzar la organización social, superar la fase filantrópica y entrar en la fase de la construcción de la Conciencia Social.
¡Con la Enmienda todo, contra la Enmienda nada!

1 comentario:

libro dijo...

guaaa!! me encanta el blog, por que siempre encuentro temas muy interesantes.