11.6.07

El EMETERIO, HOMBRE DE POCA FE

Siempre nos había parecido Emeterio Gómez una ficción de intelectual aupado por la oligarquía a la que sirve. A veces hasta nos era simpático en sus pretensiones de polémicas con los grandes, en otras ocasiones se nos parecía un muchacho queriendo llamar la atención, siempre lo consideramos un tinterillo inofensivo.
Pero, el domingo 10 de junio se destapa con una faceta francamente canallesca: todo su odio y su condición de sicario la muestra en su columna que, tal como antes manchaba de estulticia, ahora mancha de sangre las páginas de El Universal. Veamos.
En la columna de marras, escribe Emeterio: “!nadie te va a matar Hugo! No porque a mucha gente le falten ganas, sino porque es más inteligente dejar que tú solito te destruyas aferrado a la más absoluta inviabilidad del Socialismo (…) Nadie va a matarte, porque en tu caso se aplica aquella aguda frase de un político inglés del siglo XIX: ¡más que un crimen sería un error!”
Queda evidente el alma fascista de este ideólogo de la oligarquía, y su vocación de verdugo. Para Emeterio lo inconveniente, lo inmoral del magnicidio no es que sea un atentado a la vida del Presidente, sino que es un error, no por ser un crimen, sino porque hay otra opción mejor.
¡No condena al magnicidio, el asesinato del Presidente! Lo desecha porque hay “opciones mejores”.
No es extraña esta posición de emeterio, ella emana de su pensamiento de que el hombre es cruel por naturaleza y está atrapado en el capitalismo. Es la posición de un hombre que perdió la fe en el hombre.
En esta idea derrotista lo acompañan los oligarcas: ningún político, clérigo, estudiante, rector, artista o cualquier personaje de la oposición ha condenado el magnicidio. En el fondo todos han perdido su fe en el hombre, de ellos nada se puede esperar, están metalizados.
Este episodio, este desenmascaramiento de emeterio, es un alerta para los sectores bolivarianos que aún creen que podemos ir a una convivencia con los fascistas, y tienden puentes buscando pactos y acuerdos.
Debemos desechar las ilusiones ¡Esos oligarcas son fascistas! Todos, unos más y otros menos evidentes, pero todos fascistas. No perdonan ni a Ismael, que su buen escupitajo se ganó por guabina.
Nosotros debemos dejarnos de coqueteos con los fascistas y combatirlos de la única manera posible, profundizando el Socialismo. Dejando a un lado las ambigüedades teóricas y prácticas, convenciéndonos de una vez que estos Pueblos sólo tienen una opción: el Socialismo Auténtico, el de la Propiedad Social de los medios de producción y la Conciencia del Deber Social, el que pregonaba el Che, el único que hay, el de hoy y el de mañana.
Frente a una Revolución débil, ambigua, timorata, el fascismo avanza. Frente a una Revolución fuerte, decidida, constructora, exitosa, el fascismo retrocede.
¡Si se meten con el Comandante sentirán el fuego popular!
¡Chávez no se negocia!
¡El Socialismo no se negocia!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

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