25.10.07

LA REFORMA A LA DEFENSIVA

La batalla por la reforma está en su fase más importante, de lo que definamos aquí dependerá la victoria y la marcha revolucionaria. Estudiemos el período para entender nuestro papel en la contienda.

Lo primero que salta a la vista es la definición de los campos en pugna, que son iguales a los campos que vienen batallando desde la Independencia, con los mismos intereses y los mismos componentes:
De un lado, los oligarcas luchando por avasallar pueblos, por chupar su sangre, su trabajo, su condición humana. Del otro, los desposeídos luchando por la vida, por construir un mundo donde sea posible la felicidad de todos.
De un lado los asesinos de Sucre y de Zamora. Del otro, los que regaron con su sangre a Carabobo y las sabanas de Apure construyendo Independencia.
De un lado los que se confabularon contra la esperanza el 11 de abril, del otro los que los aplastaron en digna lucha. En un lado los oligarcas lacayos del imperio, enfrentados a los Revolucionarios Bolivarianos y Chavistas defensores de la Patria Grande.
El Pueblo debe saber ubicarse en el combate.
Por eso es un error plantear esta lucha como una batalla de técnica jurídica, donde se discute la redacción de un artículo, el alcance jurídico de otro, que si son cuarenta o son cincuenta, por ese camino nos enfrascamos en discusiones inútiles que siempre beneficiarán al enemigo.
La batalla es política e ideológica, así debemos plantearla.
Si estamos a la defensiva, en territorios de ambigüedades, tratando de calmar a los oligarcas, de convencerlos, intentando hacer de la Reforma un ejercicio de equilibrio, de conciliación, buscando el consenso para que nos acepten, para que se porten bien, el resultado será que el Pueblo humilde se desconcertará, se confundirá, perderá sus arrestos de combate, y el enemigo oligarca se envalentonará, se nos vendrá encima.
Recordemos que tras un período de conciliación, de mesas de acuerdo, siempre ha sucedido un ataque feroz, así ocurrió antes de abril y antes del sabotaje petrolero. Recordemos la advertencia de Bolívar en el Manifiesto de Cartagena.
La Revolución no puede dar muestras de debilidad, el oligarca fascista sólo retrocede cuando encuentra un Pueblo decidido a avanzar, que a cada agresión responda con un salto adelante.

La reforma debe presentarse como lo que es: una nueva batalla en el centenario enfrentamiento de los oligarcas privilegiados contra los desposeídos.
El Pueblo necesita ganar esta batalla para continuar la hermosa labor de construir un mundo mejor para los desposeídos de siempre, para los antesexcluidos, para los que venden su trabajo, un mundo Socialista, donde el esfuerzo de todos redunde en beneficio de todos y no de una fracción.
Sólo ganando esta batalla la Revolución estará en condiciones de depurarse, de desfacer entuertos, de corregir errores, de afirmar los logros. Sólo ganando la Reforma le daremos a la Revolución y al Comandante Chávez la fuerza necesaria para impedir que la sociedad caiga en manos del monstruo capitalista que desprecia a los humildes.
¡Chávez y la Reforma son Socialismo!
¡Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!
¡A la Reforma, SÍ!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

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