14.9.06

MÁS REVOLUCIONES SE HAN PERDIDO POR EL REFORMISMO QUE POR LA FUERZA

LA AFIRMACIÓN DE QUE UNA REVOLUCIÓN es la sustitución de lo viejo por lo nuevo, no da la idea de la complejidad del proceso revolucionario, simplemente sugiere una sustitución mecánica, algo así como cambiar los muebles en diciembre, tirar los viejos al basurero y adquirir los nuevos en una tienda. Veamos.
La epopeya revolucionaria es más compleja, se podría decir que es un gran milagro: se trata de lo viejo vencerse a si mismo y hacerse nuevo. En lo viejo, violando las reglas de la naturaleza, resucita lo nuevo, todo por obra y gracia de la imaginación, de la mente, de las ideas del hombre. El hombre es la única especie que tiene el don de hacer Revolución, es la única especie que tiene la facultad de superarse a sí misma.
En contra del sentido común, la gran barrera se encuentra después que los revolucionarios vencen a sus enemigos externos y se enfrentan al dilema de cómo construir el futuro que ahora les pertenece. Es el reto milagroso de la superación social de construir el futuro con el material del pasado.
Entonces, poderosa fuerzas conspiran para perpetuar lo viejo, quizá con nueva cara, quizá con nuevos modos, pero viejo al fin. La verdadera Revolución, los verdaderos revolucionarios, se definen en este momento crucial lleno de tentaciones.
En 1810 se vio claramente la pugna de los tiempos. Los Marqueses del Toro, lo viejo, no querían ir más allá de una Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII. Y los patriotas, lo nuevo, impusieron la independencia total de la metrópoli. Triunfó la Revolución, y la redención continuó su camino.
En esta batalla, el pasado tiene su mejor arma en la ideología reformista. Plantean los reformistas que haciendo mejoras, reformas parciales, yendo poco a poco, sin irritar, sin ir a la raíz, buscando consenso, se arriba a la meta revolucionaria. Miden el éxito revolucionario por las estadísticas y las piruetas verbales. Ellos dicen: avanzamos porque ahora hay menos de esto y más de aquello, afirman que el pueblo no entendería ir más allá de lo cosmético. Lo que consiguen con su mojigatería histórica es abrir camino a la restauración.
A la Revolución no se llega caminando por la tierra firme del pasado, la Revolución es caminar sobre las aguas. Significa una ruptura y sustitución de las bases de la vieja sociedad: la conciencia y las relaciones económicas.
La Revolución debe hacer los cambios fundacionales de una nueva sociedad, cambios que sean relámpagos que rasguen la noche de lo viejo iluminando al pueblo en el amanecer de construir su futuro.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Son diez millones!
¡Cambiar las bases de la vieja sociedad, eso es Socialismo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!

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