27.7.12

26 DE JULIO Y 4 DE FEBRERO (Viernes 27-07-2012)

El 26 de Julio y el 4 de Febrero son hijos de la misma pasión libertaria y continuadores de Bolívar y Martí. Las dos asombraron al mundo. No debían ocurrir en esas sociedades,  no estaban dadas las condiciones objetivas, la fuerzas productivas no se habían elevado, allí no debía suceder la Revolución , la negaban los manuales y la Internacional. Fueron , recordando al Che, rebeliones contra los dogmas y las oligarquías.
Causa asombro como las Revoluciones suceden en sociedades inesperadas. La primera fue en Rusia, capitalismo incipiente, Zar infinito, campesinado atrasado. Sorprendió. Después China tuvo que luchar contra el régimen dominante y contra la Internacional. Mao pudo vencer todos los obstáculos y triunfar donde menos se esperaba.
Luego Cuba, apéndice del imperio, a noventa millas del monstruo, una Revolución de base campesina que se proletarizó en la lucha de la Sierra. Aún sus hazañas asombran al mundo.
La Revolución Bolivariana es uno de estos asombros, rompe todos los pronósticos: en un país empapado de petróleo, con una vanguardia disuelta,  el escepticismo campeando en los predios revolucionarios, sometidos al marasmo y a la paz imperial que cubría a la sociedad, exiguos obreros y campesinos convertidos en citadinos, excluidos, la cultura hipotecada al norte. En ese país imposible el espíritu de Bolívar superó las llamadas "condiciones objetivas" de los manuales y revivió la gesta de la Independencia.
Con estas Revoluciones Bolívar y Martí regresaron a continuar el viaje al futuro que habían dejado inconcluso, San Pedro Alejandrino y Dos Ríos no fueron el final, sino el inicio del camino que ahora recorren los pueblos de la América.
A nosotros corresponde la responsabilidad de vencer lo viejo que es el capitalismo, el imperio de estos tiempos. Lo venceremos de la única manera que eso es posible: construyendo el Socialismo, haciendo la Revolución , preservándola, defendiéndola de los apetitos imperiales y de las ilusiones de convivencia yuguladora.
La audacia teórica, política y práctica del 26 y del 4 deben acompañarnos, es la misma del 19 de abril. Estas fechas nos enseñan que la Revolución es arrojo, rompimiento, pensamiento nuevo y voluntad de superar la fragmentación, restitución del cuerpo social, desate de las fuerzas de la sociedad integrada. Estas fechas nos afirman que la Revolución no es un acto de mesura, de cálculo egoísta, de índices perversos, es entrega a un ideal capaz de elevarnos, que asombre al mundo sumido en la prudencia de la costumbre.
La mejor manera de ser fieles, de rendir homenaje a los héroes de estas epopeyas, es, como dijo Fidel en La Historia me Absolverá, hacer la Revolución.
Nuestra historia es abundante en heroísmo, inspira las luchas de hoy, esa épica rebasa cualquier otra consideración, somos hijos de titanes, y así debemos comportarnos, ser fieles a su memoria, rendirles el único honor digno de ellos: la Revolución triunfante, el pueblo feliz, la sociedad rescatada, el imperio derrotado. Ese debe ser nuestro empeño.
¡Con Bolívar y Martí resteaos!
¡Con Chávez y Fidel resteaos!

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