27.3.12

PLUSVALÍA, CONCIENCIA Y SOCIALISMO (Martes 27-03-2012)

La discusión de estos temas es vital, de su comprensión depende el destino de la Revolución. Estos conceptos están en la base de todo el desarrollo de la Revolución. Un error en estos tópicos la conducirá por derroteros ciegos. Veamos.

En toda sociedad el trabajo produce lo necesario para la subsistencia de los trabajadores y un extra, un “plus”, un excedente. De la cantidad de ese excedente, de ese extra, de ese “plus”, depende el crecimiento de esa sociedad, y de la manera como se distribuye ese “plus” dependerá, determinará el modelo social.

En el capitalismo ese plus es apropiado por el capitalista, por el dueño de los medios de producción. Ese trabajo que se coagula en la mercancía, en el producto del trabajo, es llevado al mercado donde se cambia por dinero. Este dinero es en definitiva trabajo momificado, muerto, condensado, y en determinadas condiciones dará origen al capital.

Esta apropiación del trabajo social excedente es lo que constituye la explotación capitalista. Ahora bien, sobre este hecho económico que es muy importante, pero no lo principal del capitalismo, surge la espiritualidad, la conciencia que lo justifica y lo acepta, que lo condiciona y es a su vez condicionada por la apropiación de la plusvalía, el “plustrabajo”.

Esta conciencia, correspondiente con esa apropiación, es el componente que blinda al capitalismo, es su defensa, sin sustituirla no hay Socialismo posible. Y para ese cambio no hay atajos: sólo eliminando la apropiación del “plustrabajo” por un sector de la sociedad, sea un individuo, una asociación de accionistas, un grupo de obreros o un consejo comunal, se podrá construir el Socialismo.

Porque es sobre esa propiedad nosocial que prospera la conciencia egoísta, sustento del capital. Y, en contraste, sobre la propiedad social florece la conciencia amorosa, altruista, la del sentido de pertenencia a la sociedad, que es la esencia del Socialismo.

Siendo así, todos los cambios económicos deben ser considerados, evaluados, por la conciencia que sustentan. Si es una propiedad nosocial, siempre contribuirá a la conciencia capitalista, y siempre se enfrentará a los intereses de la sociedad toda, es decir, al Socialismo.

Todos los cambios económicos formadores de propiedad nosocial, generarán también conciencia egoísta, serán ineludiblemente enemigos del Socialismo. Solo la Propiedad Social , administrada por el Estado, produce Conciencia del Deber Social. Y esta conciencia es la esencia del Socialismo.

Lo anterior es aplicable a cualquier Revolución, las revoluciones que han violado este principio, que han intentado construir Socialismo con las armas melladas del capitalismo, han terminado entregando la esperanza socialista.

Ahora la Revolución Pacífica debe aplicar y explicar, con el desespero del náufrago, este principio. Ella convive con el enemigo oligarca, y un grueso de sus batallas, la electoral entre ellas, se realizan con la lógica de la oligarquía. En esta situación la Revolución Pacífica , como ninguna, necesita de un pueblo con una elevada Conciencia del Deber Social.

¡Con Chávez!

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