El Libertador, en algún momento de su vida, cayó en cuenta de que algo faltaba, el sueño estaba inconcluso, la práctica no había tenido el fin esperado, la realidad no había cambiado, o lo había hecho hacia la equivocación, no se obtuvieron los frutos previstos, la práctica no fue suficiente y mil batallas victoriosas no consiguieron cambiar al mundo.
Poco conocemos de sus cavilaciones en aquellos días tristes cuando se supo derrotado y hasta utilizado por una oligarquía que reproducía la esencia de lo viejo. Sin embargo, en sus últimas palabras asoman las angustias de sus madrugadas:
Exclamó: "¡He arado en el mar!" El arado, la práctica, no pudo modificar la realidad, al mar. Algo faltó, no fue por carencia de valor, entrega, o esfuerzo ofrendado a la Patria... ¿Qué había fallado? ¿Por qué, por qué..?
Denunció: "abusaron de vuestra credulidad." Atribuía la conducta del pueblo glorioso, libertador de mil batallas, el de todos los sacrificios, el vencedor de adversidades, a la manipulación de las oligarquías, y remata diciendo: …“hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad.”
La obra del Libertador quedó inconclusa, Martí dice: "...lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía."
La espera ha terminado. Volvieron los días de la Independencia , en San Pedro Alejandrino no se enterró el sueño. Ahora tenemos elementos, sabemos cómo "Arar en el mar y tener éxito".
Conocemos que la práctica (el arado) con la que se quiere modificar la realidad (el mar) debe estar guiada por la teoría, la conexión que le da sentido a la práctica. La modificación de la realidad no puede ir más allá de la teoría que sustente a la práctica.
El Libertador fue tan lejos como le permitió la teoría de aquel tiempo y las condiciones propias de una colonia. La ideología fue la nacida de la Revolución Francesa , que tenía como límite las metas de la burguesía, que rápidamente se transformó en conservadora, aplastando la Rebelión Haitiana , explotando a los obreros europeos y colonizando al mundo. El Libertador profetizó la hipocresía de la burguesía que ya construía una nueva dominación, y sentenció: "los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar a la América de oprobio en nombre de la libertad".
Bolívar vive aún entre nosotros, soñó más allá de su tiempo, con su espíritu atravesó los siglos y fue un líder del futuro, su pensamiento está vigente, sus metas son las metas de hoy.
Ahora tenemos la teoría para superar a la revolución burguesa, podemos ir hasta donde Bolívar quería, conquistar la mayor suma de felicidad, acabar con los hombres-mercancía, fundar un nuevo mundo. Tenemos la teoría que guía la práctica. La humanidad en doscientos años ha parido las ideas que guíen al arado. Sabemos qué hacer, tenemos las nuevas armas y conocemos las armas melladas. No hay excusas, esta vez San Pedro Alejandrino no se repetirá, sembraremos en el mar, haremos la Revolución.
¡Chavistas!
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