El pensamiento revolucionario universal tiene su cúspide en el Che Guevara. No es posible una Revolución en esta época sin que esté impregnada del pensamiento del Che, de la historia, las enseñanzas, de la Revolución Cubana. Y no es posible consolidar la Revolución en Venezuela si el árbol de las tres raíces no se enriquece con el caudaloso río del pensamiento Revolucionario que desemboca en el Che. Veamos.
De Bolívar heredamos la tenacidad en la búsqueda de los objetivos, la comprensión del hombre como centro de todos los afanes, la audacia del pensamiento que lo colocó a la vanguardia de su tiempo y de los tiempos futuros. Decretar la liberación de los esclavos es de una audacia teórica comparable sólo con los grandes del pensamiento y el sentimiento universal. Es que una Revolución siempre debe ir precedida de la intrepidez del pensamiento grande, el que rompe, nunca será precedida de ideas tibias, sino de ebullición.
Simón Rodríguez es el puente entre el pensamiento colonizado de la Venezuela de Emparan y los utópicos europeos, esa riqueza nutrió al Libertador. Robinson es el culto al conocimiento como puerta de entrada al invento que crea.
Zamora es el grito desesperado de un pueblo que fue estafado por las oligarquías que renacían, es la resistencia a la postergación del sueño de Bolívar. La ira frente a la traición.
Entonces no es fortuito que esta Revolución nuestra sea Bolivariana y se nutra del árbol de las tres raíces.
El Libertador será siempre faro, guía, de los mejores propósitos de este pueblo, es inagotable manantial de sabiduría. Buscó en los pensadores franceses, en la más avanzada Revolución de su tiempo, la savia para la empresa libertaria de medio continente. Es así: las Revoluciones se nutren de lo más avanzado y lo superan.
A riesgo de ser llamados dogmáticos ratificaremos que no se puede hacer Revolución en esta época sin la inspiración del pensamiento del Che.
¿Qué debemos aprender del Che?
El Che resume el pensamiento y la acción de la Revolución Cubana: la transformó en teoría. Nos dice que el centro de la Revolución, de la lucha contra el imperio, es la Conciencia. Es allí donde se escenifica la batalla principal, allí se decide el destino del esfuerzo revolucionario.
La historia de la Revolución Cubana, desde sus inicios en el Moncada, es la historia por la conquista de la Conciencia del Deber Social, esa Revolución se mantiene por haber tenido claro ese objetivo estratégico.
Y el Che nos dice además que no es posible construir, elevar, la Conciencia del Deber Social sin una base material, sin una economía con hegemonía de la propiedad formadora y sostenedora de esa conciencia, es decir, propiedad de toda la sociedad administrada por el Estado Nacional.
En Venezuela esa economía y conciencia hegemónicas dependerán de cómo se invierta la renta petrolera. Sólo si la invertimos en formas socialistas tendremos conciencia socialista, si lo hacemos en formas capitalistas éstas serán verdugos del Socialismo,
¡Irreverencia y Lealtad!
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