El imperio que a la hora de defenderse es uno solo, se confabula contra las amenazas, ya ubicó al gobierno de Chávez, a la revolución como una amenaza irreconciliable, que debe ser extirpada. Ya dio la orden al mundo para que asesinen la esperanza.
Las bravuconadas de los cobardes de ayer, los arranques bélicos de teodoro, sus ataques histéricos a Cuba, son muestras de que el imperio azuzó a sus agentes.
Otro tanto se observa con las audacias de Quiróz, Carlos Blanco, Ochoa Antich, que hablan de golpe como quien habla de confetis.
El cambio de actitud frente a los misioneros cubanos, calificados ahora de fuerza invasora, es señal inconfundible de que el imperio ordenó guillotinar a la Revolución.
Es definitivo, el cielo anuncia tempestad, la ofensiva imperial está en la puerta y es inevitable, no hay marcha atrás. Sólo queda la duda de cómo se expresará, que forma adquirirá la embestida. Veamos.
Algunos vaticinan invasión, otros golpe cruento interno, con magnicidio amenazan desde Miami, todos están en la agenda.
Unos apuestan a las elecciones parlamentarias, piensan que una mayoría escuálida les permitirá una transición pacífica hacia un gobierno de derecha. Se engañan, una victoria escuálida debilitará al gobierno y desatará a los demonios más crueles de la contrarrevolución, se envalentonarán y contra todo pronóstico sensato intentarán insurrección y golpe.
Son especulaciones con base, no es posible saber cómo será la embestida final. Lo que sí podemos descartar es una salida pacífica. El imperio necesita borrar el ejemplo que significa Chávez, necesita un choque de terror para anular cualquier deseo de imitarlo.
Y lo que podemos afirmar es que no hay otra opción para defendernos que profundizar el Socialismo, cerrar filas con el Comandante Chávez, y darle contenido vital a la consigna “Patria Socialista o Muerte.”
El alacrán imperial teje sus hilos de acuerdo a su naturaleza cruel, lo hace con todo su poder, los reaccionarios del mundo, desde los españoles hasta los colombianos se confabulan contra el ejemplo que los aturde.
Hoy sufrimos la más brutal ofensiva de nuestros enemigos. Está en fase de preparación psíquica, de manipulación de las almas, de la opinión pública mundial, la preparan para que acepte la crueldad, para que acepte de nuevo a un pinochet, a un Guantánamo, a las invasiones, a los magnicidios, a un genocidio.
Esa es la intención de las mentiras mediáticas que nos ligan a los que antes satanizaron.
No hay forma de enfrentarlos sino es con firmeza, que sientan la determinación nuestra de ir hasta el final.
Debemos hacerle frente a esta fase de la ofensiva enemiga, con inteligencia, nuestros medios de difusión deben estar en la primera línea de resistencia, no hay lugar para blandenguerías, todos debemos participar en esa batalla. No es tarea sólo de Chávez.
Las victorias revolucionarias están reservadas a pueblos valientes, capaces de sobreponerse a las manipulaciones de las clases opresoras. Pueblos que tengan fe en su líder, en sus líderes.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
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