29.1.10

EL CAMINO Y LOS EXTRAVÍOS

El objetivo es el Socialismo. No es un capricho de líderes trasnochados, es un imperativo de vida: ya sabemos que o la humanidad supera al capitalismo o perece, y esto no es una amenaza para dentro de un siglo, ni siquiera décadas, ya estamos sufriendo los embates de la extinción. Los desastres naturales, las sequías, las inundaciones, el deshielo, nos indican que el presagio es certero.
En el camino hacia el Socialismo, hacia la salvación de la vida, existen muchas tentaciones y extravíos, es comprensible, el Socialismo se debe construir con los hombres del capitalismo, formados en el capitalismo, en esa cultura.
No se equivocó Mariátegui cuando calificaba de heroísmo la construcción de la nueva sociedad. No hay dudas, el Socialismo es tarea de héroes, capaces de vencer el principal enemigo de una Revolución, de vencerse a ellos mismos, de refundarse en lo individual y en lo colectivo.
Las tentaciones y los extravíos afectan a los individuos, y también a los gobiernos y al Estado. Los individuos sufren de extravíos y tentaciones, ejemplos sobran de revolucionarios que caen inermes, se ahogan en las mieles del poder.
Veamos algunas tentaciones y extravíos que el gobierno debe evitar:
Primera tentación: divorciar la táctica de la estrategia. Como la Revolución opera en terrenos heredados del capitalismo existen muchísimas tácticas exitosas, que se granjean el apego de la masa de manera inmediata, pero no corresponden con la estrategia del camino hacia el Socialismo, producen extravío, estimulan el espíritu y la economía capitalista.
Segunda tentación: confundir los éxitos inmediatos, momentáneos, con pasos en el camino del Socialismo. En ocasiones se puede resolver una dificultad, salir de un atolladero o vencer una ofensiva enemiga, sin salir del terreno enemigo, sin romper con la lógica del capitalismo. Son triunfos que no educan, no significan avance, aunque son importantes porque garantizan, a veces, la sobrevivencia.
Tercera tentación: conseguir mejoras sin cambios estructurales. Se pueden conseguir mejoras en el capitalismo, era tal el abandono, la desidia, la expropiación de los humildes, que cualquier paliativo es milagroso. Eso es correcto: la Revolución debe hacer milagros en lo material, en la elevación de la calidad de vida, eso es un asunto de justicia que señala el carácter humanista de la Revolución. Pero, a la par, debe hacer cambios estructurales que garanticen que esas mejoras permanecerán y aumentarán, que los cambios materiales traerán cambios espirituales, que son pasos que conducen al Socialismo. Debemos construir una economía que garantice, que soporte esos cambios, más allá del petróleo.
Cuarta tentación: apartarse de la teoría revolucionaria, improvisar en el aire, el poco rigor. La Revolución Bolivariana debe tener una gran dosis de invento, pero ese invento debe estar montado sobre los hombros del pensamiento revolucionario universal, desde Cristo, Espartaco, hasta el Che.
Quinta tentación: apartarse de las masas. Ninguna acción revolucionaria será exitosa sin la participación de las masas. Toda acción del gobierno debe ser explicada, comprendida, aceptada, acompañada por la masa revolucionaria.
¡Chávez es Socialismo!
¡Socialismo se construye con Socialismo!
¡0800 SOCIALISMO!

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