Cualquier Revolución en nuestros días debe partir del pensamiento del Che, el Che se niega a ser confinado en la conmemoración del 8 de octubre, en las franelas de los jóvenes, en su figura de guerrero. El pensamiento del Che tiene mucho que hacer en la Revolución mundial.
Con la caída de la Unión Soviética y del campo socialista, el mundo esperaba que Cuba Socialista se derrumbara en horas, pero no ocurrió así, Cuba resistió y resiste.
Este fenómeno hizo que los ojos de los revolucionarios se voltearan hacia Cuba. ¿Por qué ese país pequeño, desamparado, a noventa millas del imperio, abandonado por los gobiernos de la América, por qué no había caído en las garras del imperio?
La respuesta estaba en el pensamiento de un revolucionario sólo conocido hasta ese momento por sus hazañas de guerrillero, la invasión a Las Villas, la toma de Santa Clara, la entrada a La Habana.
El mundo descubrió entonces, que el guerrillero heroico, el mártir de La Higuera, se había enfrentado, con la misma valentía que se enfrentó a las fuerzas del imperio, con las corrientes dogmáticas, revisionistas y conciliadoras de la Unión Soviética, que ya había tomado el camino de la restauración capitalista.
Él vaticinó esta restauración y además nos dijo las causas: usar las armas melladas del capitalismo para construir el Socialismo, poner los estímulos materiales por encima de los estímulos morales, confundir los pasos tácticos con los pasos estratégicos, despojar al Socialismo de su carga humanista y convertirlo en una mera receta para impulsar la producción.
El Che y la Revolución Cubana entendieron que la Conciencia del Deber Social, es el motor de la Revolución. Ya temprano, con el Asalto al Cuartel Moncada, se ponía en evidencia esta tesis, aquella hazaña tenía como fin impulsar, llamar a la conciencia de la población.
Entendieron que lo material es importante, en tanto es soporte de lo espiritual. Que es en lo espiritual que se decide la suerte de las sociedades.
El Che tiene mucho que decir a nuestra Revolución Bolivariana, que es acechada por reformistas y capitalistas, que atraviesa peligrosos mares de abundancia material.
Esta Revolución tiene que estudiar mucho, reflexionar mucho, para a partir de las enseñanzas de la Revolución mundial, crear la teoría de la Revolución en un país rentista, con súbitas riquezas que no son producto del trabajo social. Vivimos una especie de “período especial”, pero no producido por la escasez sino por la abundancia.
Las tentaciones hacia el facilismo, el derroche, la falta de planificación son muchas.
Hoy el Che tiene mucho que decirnos.
¡Chávez es Socialismo!
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