19.2.09

TIEMPO PARA LA JUSTICIA Y EL HONOR

Siempre es tiempo de justicia y honor, pero hay momentos que reclaman más su brillo, después de una victoria, por ejemplo.
En Venezuela acabamos de salir de unas elecciones cruciales, el pueblo desposeído demostró un instinto de clases desarrollado, no entregó la Esperanza Revolucionaria, al contrario, la reafirmó, fortaleció la conexión amorosa con su líder y con el proyecto que él encarna.
Pero la guerra no concluye aquí, los oligarcas de todos los pelajes no cesan en su intención de truncar a la Revolución y al Comandante, son muy duchos en estas maquinaciones, tienen siglos de experiencia confabulándose contra los sueños de los pueblos, son astutos, consiguieron derrotar al mismísimo Libertador.
Ahora proponen un pacto infame, que más que pacto es claudicación, armisticio criminal. Ellos proponen colaboración entre los enemigos de los humildes, los abanderados del capitalismo, con los desposeídos que hicieron conciencia de los caminos de redención.
Para justificar este pacto antinatura, entre el dueño y el esclavo, entre el poseedor y el poseído, entre el apropiador y el despojado, argumentos no les faltan.
Siempre que la Revolución tiene oportunidad de avanzar, aparecen estos conciliadores para intentar truncar la Esperanza, son una especie de válvula de escape, una última barrera del capitalismo.
Después del triunfo de abril, cuando las condiciones eran inmejorables para avanzar, ofrecieron pacto. Después del triunfo petrolero, ofrecieron pacto, siempre pacto. Saben que Revolución que concilie con sus enemigos, que deje de avanzar en la construcción del Socialismo, se desdibuja, se suicida.
Esta es la situación: venimos de un importante triunfo, y la derecha propone pacto, así nos debilitan, debilitan a Chávez. Siempre ha sido así, en las alianzas con la derecha quien pierde es la Revolución.
La única forma de enfrentar esta ofensiva es avanzando en la construcción del Socialismo, sembrando en este pueblo Conciencia del Deber Social que guíe la toma de decisiones pensando en el bien colectivo, en el bienestar social. Dotando a esa conciencia de su anclaje en la realidad, una economía con hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción.
Un pueblo conciente de su ser social tomará las decisiones correctas, las que beneficien a la sociedad. Por el contrario, un pueblo infectado de egoísmo, que intente resolver sus problemas de manera individual, aislada, que viva en una guerra de todos contra todos, guiado por la competencia, el odio, que desprecie el amor, la fraternidad, será fácilmente engañado por las promesas vacías, los fraudes de sus verdugos, porque sus decisiones serán la suma de los egoísmos, de sus mezquindades individuales.
En la construcción de la Conciencia del Deber Social, es importantísimo enaltecer los hombres y los hechos que son paradigma de la conducta que de esa conciencia se desprende.
Uno de estos ejemplos son los Cinco luchadores cubanos Héroes de la Humanidad, es hora de dar una lección de justicia, de tener el honor de concretar la Orden del Libertador que ya Chávez les otorgó.
¡Frente a crisis y adversidades, más Socialismo!

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