24.11.08

EL RETO

El reto de cualquier Revolución es demostrar que el Socialismo puede ser socialista. Parece un simple juego de palabras pero es una grave disyuntiva de la civilización en este siglo. Veamos.
Los intentos de construir Socialismo han sucedido en países con poco desarrollo capitalista: Rusia, China, Vietnam, Cuba, etc. En todos ellos se presentó el reto de hacer el Socialismo con el material espiritual que les legó ese capitalismo, es decir, la difícil tarea, o mejor la milagrosa tarea de construir el Socialismo con el hombre del pasado. Ya ese solo reto es colosal, pero además debe salvarse en condiciones de poca producción y de feroz cerco por el imperio internacional capitalista, que se conjura contra el sueño socialista.
Podríamos concluir que el intento socialista, parafraseando a Napoleón, es quijotesco sin locura.
¿Es posible el sueño?
Hasta ahora los hermosos intentos de concretar el anhelo no han sido exitosos, no han concretado la esperanza y, con la muy honrosa excepción de Cuba, han terminado empantanados en la sociedad que pretendieron superar.
Pero los intentos fallidos no fueron vanos, han dejado valiosa enseñanza, la experiencia de que el hombre tiene reservas espirituales para construir una nueva manera de vivir, una manera amorosa: las demostraciones de heroísmo dadas por el glorioso pueblo soviético en la lucha por librar a la humanidad del nazismo y del fascismo, son muestras inequívocas de las excelsas alturas morales que puede alcanzar el hombre cuando emprende el camino de su redención. La guerra de Vietnam es prueba de que el imperio nada puede frente a un Pueblo organizado para la fraternidad, y no para la depredación entre sus miembros.
Pero es en la experiencia cubana donde está la síntesis que nos permitirá avanzar en el reto que hoy tiene la Revolución Bolivariana. Expliquemos.
Fue el Che, en medio de la aparente fortaleza del régimen soviético, el que cuestionó por capitalista aquel atajo de pretender construir un Socialismo mezclado con capitalismo, y al hacerlo abrió el camino para salvar al Socialismo Auténtico, como realidad y como esperanza para el mundo. Esa visión permitió que en Cuba se ensayara una forma de construcción del Socialismo que recogía la experiencia revolucionaria pasada y la elevaba a cotas de realización espiritual.
Con el Che y la Revolución Cubana conocimos que la Revolución es en última instacia un asunto espiritual, que no se puede construir el Socialismo sin construir simultáneamente al hombre nuevo, que es en esencia un hombre guiados por profundos sentimiento de amor, solidaridad, entrega, conciencia social.
Por tanto, es en el alma humana donde ocurre la batalla principal de la Revolución, hacia esa meta deben ir todos los logros materiales, las acciones, los afanes de la Revolución.
Si olvidamos las enseñanzas del Che y la Revolución Cubana, si descuidamos la espiritualidad constructora del hombre nuevo, capaz de soñar, concretar sueños y defenderlos de los embates del pasado, entonces fallaremos en el reto socialista.
!Con Chávez todo sin Chávez nada!

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