7.6.08

REVOLUCIÓN MISIONERA

Una Revolución será como sea el espíritu popular que la acompañe, la Conciencia Social que la sostenga. Sólo el alma popular garantizará el éxito en las grandes batallas que debe librar una Revolución.
Por eso los verdaderos pasos, las soluciones revolucionarias, son los pasos y soluciones donde el pueblo participa como actor principal.
Esta Revolución debe volver al Espíritu Misionero que la caracterizó en sus momentos de más emoción, en abril, cuando el pueblo fue protagonista de la acción política más importante del proceso, o en el diciembre petrolero, cuando el pueblo revolucionario derrotó a la meritocracia.
Pero sobre todo se debe volver al espíritu de participación del pueblo que hizo posible las misiones.
Recordemos los comienzos de la Misión Barrio Adentro: no fue una misión producto de la burocracia, sino del entusiasmo del gobierno municipal (Bernal) y del pueblo que acogió la tarea y a los médicos como parte integral de su vida. El médico cubano se fundió con las carencias y con la pasión de los barrios, pueblo y médicos buscaron soluciones, juntos construyeron una relación amorosa, que es sin duda lo más importante de la experiencia misionera.
Hay que impregnar de ese espíritu a todas las tareas de la Revolución , o mejor, ninguna tarea revolucionaria estará realmente resuelta si no está imbuida de este aliento popular, todo debe resolverse con el Pueblo.
Sólo así derrotaremos las desviaciones, la burocratización de la Revolución , las tendencias anarcoides que impiden la organización.
La burocratización, el resolver los problemas sólo con la participación del Estado, nos lleva a sustituir a la masa por los funcionarios, y esta elite así formada se va apartando del Pueblo, cada día más, hasta niveles de peligro para la viabilidad del proceso.
Es necesario convocar al pueblo para acciones de trabajo voluntario masivo, para la participación en el estudio, planificación y solución de los grandes problemas de la construcción del Socialismo.
Esta es una de las tareas principales del PSUV.
Por ejemplo, qué bueno sería que el partido propiciara la discusión a fondo de las vías de expresión de la voluntad popular, los consejos comunales, la formación del partido, hacer del partido no un ente exterior al pueblo sino un organismo integrado a él.
O discutir la inseguridad, y que en la solución participe el Pueblo. Se debe ir a los barrios y estimular la participación en el descenso de la criminalidad, recoger iniciativas, organizar, hacer emulación, premiar moralmente al barrio más efectivo en bajar los índices de criminalidad, que esto sea un asunto del Pueblo y no una simple solución policial, que siempre será transitoria.
La participación de Venezuela en la búsqueda de la paz en Colombia no debe se un asunto del Comandante, sino una tarea de todos, lo mismo con el enfrentamiento a las agresiones del imperio, a las declaraciones de Bush, a las amenaza de la IV flota, deben ser tareas de todos.
La Revolución supera sus primeras etapas y debe retomar el camino de la emoción, de la participación Misionera, para poder enfrentar con éxito las tareas que se avecinan.
¡Chávez es Misionero!
¡El Espíritu Misionero es Socialismo!

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