15.5.06

LA EMBESTIDA DEL TORO

La fiesta brava tiene su fundamento en la errada embestida del toro. Si la fiera tuviese capacidad de análisis, si pudiese comprender con claridad la situación, no embestiría el trapo rojo y desaparecerían toreros y fiesta. Asimismo, sucede con la lucha de los pueblos, la dominación se basa fundamentalmente en la capacidad de engaño que tengan las clases dominantes., de la capacidad que tengan para hacer que la energía popular se disipe embistiendo trapos rojos, con objetivos subalternos. De allí que la clave de nuestro éxito revolucionario reside en la precisión con la que determinemos al enemigo principal en cada etapa. Veamos.

Después del referéndum revocatorio, aplastados los lacayos del imperio, las tensiones políticas se movieron al interior de la Revolución Bolivariana. Tres proyectos principales pugnan en el interior del proceso: los anarcopopulistas, estos sirvieron de facilitadores al proyecto restaurador capitalista, que en los últimos tiempos eleva su importancia y su peligro; y, frente a estos dos, está el proyecto revolucionario socialista, disminuido, golpeado, pero en batalla permanente y con grandes posibilidades de éxito, nunca antes en Venezuela se habían dado unas condiciones tan favorables a la Revolución socialista.
El imperio, sabio en sus luchas, detectó este cambio en el paisaje político, y muda su táctica. Ahora aúpa el tráfago de la renta petrolera hacia la construcción de Capitalismo, comprende que fortalecer el Capitalismo es debilitar al Socialismo, y por ende al Comandante y a la Revolución.
Los cambios económicos de fortalecimiento del Capitalismo, producen sus exigencias políticas. Por ahora es la conciliación la fase que está en desarrollo, basta ver la prensa y la televisión para darse cuenta de ello. Los capitalistas, los nuevos y los clásicos, necesitan un nuevo pacto político, y el nuevo pacto necesita el ya conocido circo, un trapo rojo. Explicamos.
El nuevo pacto político se basa en los trapos rojos, es decir, llevar al pueblo a la disputa deportiva de la política. Así, la pugna de clases es trivializada de forma tal que ser de la oposición y ser del gobierno es tan deportivo como ser del Magallanes o del Caracas, no tiene mayores consecuencias para la sociedad. La importante lucha política la reducimos a un ejercicio de frivolidad, se evitan los asuntos fundamentales, adquiere importancia la comedia, se pretende hacernos creer que con la oposición las diferencias son superficiales y de tonalidades, que todos buscamos lo mismo, que somos iguales. Si eso es así, Vladimir, para qué hacer una Revolución.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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