10.8.08

LA EMOCIÓN VICTORIOSA

Somos un pueblo convocado para lo grande, lo trascendente, para hacer nuevamente historia. Al igual que en 1810 esta parte del continente se convierte en centro espiritual de la libertad.
Cuando el planeta sentía que no había futuro, que el fin de la historia nos condenaba a los abismos de un capitalismo suicida, nosotros hemos sido convocados para construir la esperanza que redime a la humanidad, hemos sido convocados para el Socialismo.
El Socialismo estaba arrumado en los desvanes de la historia, era anatema que nadie quería asumir. El Comandante tuvo la valentía teórica de rescatar la posibilidad de construirlo, tuvo la osadía de correr todos los riesgos, de romper la tentación de la seguridad, de la comodidad, para adentrarse en los inéditos caminos de la construcción de un mundo donde la felicidad sea una realidad para todos.
Cuando un pueblo, su líder y sus dirigentes, deciden reapropiarse de su futuro, hacer una Revolución, construir el Socialismo, dar ejemplo al mundo, entonces, toda la infamia se confabula contra ellos.
Son muchas las armas que contra la esperanza enfilan, van desde el magnicidio, la invasión, el golpe de Estado, hasta el más sutil y peligroso desgaste de la emoción revolucionaria.
A la infamia oligarca la aterra un pueblo movilizado por razones sagradas, tocado por las emociones de reconocerse humano.
Y es contra la emoción que enfilan sus mejores armas, todos los instrumentos de manipulación psíquica se usan para este fin. La televisión, los laboratorios de fabricación de rumores, las universidades oligarcas, todo está al servicio de debilitar la emoción.
En este momento estamos sufriendo un duro ataque a la emoción revolucionaria. Veamos.
La oligarquía se encuentra en terreno propicio: Las Elecciones Regionales fueron diseñadas por la oligarquía para la fragmentación del sentimiento social, ponernos a pensar y a sentir sólo lo local, de esa manera evitan las grandes metas.
Lo local es lo táctico, y lo nacional, lo mundial, es lo estratégico. La oligarquía intenta limitarnos a la lucha táctica, a lo local, evita que el pueblo relacione la táctica con la estrategia, lo local con lo nacional y mundial.
Y un pueblo encerrado sólo en lo local es un pueblo que pierde la emoción que sólo las grandes metas pueden proporcionar.
El reto para la Revolución es dotar a las elecciones regionales de la emoción de las grandes tareas, relacionar lo local con lo nacional.
Para construir el Socialismo es necesario un pueblo ganado por la emoción, convencido de su papel histórico, y eso no se consigue en la disputa pequeña de lo local, allí sólo prospera la desunión, la ambición pequeña, la parcelación del pueblo.
Es imperativo derrotar a la oligarquía en las elecciones regionales, y eso sólo lo consigue la Revolución que emociona.
¡Chávez es Esperanza Socialista!
¡Estar con Chávez, es estar con lo que Chávez decida!

No hay comentarios.: