Es unánime la certeza de la catástrofe ecológica que se avecina si seguimos transitando el camino que lleva la humanidad. Todos, desde los Presidentes del grupo de los ocho hasta el presidente de un centro ecológico de un liceo de Paraguay, coinciden en que la vida planetaria peligra.
Todos los días aparecen noticias que muestran las señales del desastre que inexorablemente se acerca, los científicos cada vez aportan más evidencias.
Entonces, surgen unas preguntas:
¿Qué clase de locura padece la humanidad que ante esta hecatombe anunciada no es capaz de tomar medidas? ¿Por qué la humanidad sigue el camino de su destrucción, ciega y sorda ante las evidencias?
La respuesta la sabemos: padecemos una enfermedad que se llama capitalismo, una demencia, una especie de fiebre que nos hace perder las mejores cualidades y sacrificarlo todo, inclusive la vida, en el altar del lucro, del dinero, de la ganancia. También, sabemos que el remedio es el Socialismo.
Pero esto no es suficiente, la enfermedad está tan extendida que hace casi imposible superarla. Cada día ella misma inventa argumentos para permanecer, surgen teorías y excusas para no extirpar la enfermedad.
La humanidad ve con tranquilidad pasmosa como países que ayer eran esperanzas, hoy son devorados por la enfermedad: China rompe record de divisas acumuladas, pero también de contaminación ambiental, Viet Nam va por el mismo camino. Los países sacan cuenta de lo bien que les va en sus ganancias, felices porque consiguieron driblar las restricciones ecológicas. No hay dudas, el desastre es inminente y no hacemos nada para impedirlo.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios?
Es necesario un latigazo en la soberbia de la humanidad capitalista, que sabe que viene el desastre pero, sumergida en sus problemitas cotidianos, piensan que al final, como en las películas de Hollywood, los gobernantes sabrán qué hacer.
Los revolucionarios bolivarianos tenemos una gran responsabilidad en esto: somos concientes del peligro, sabemos sus causas y conocemos el remedio, además tenemos condiciones para alertar a la humanidad, por eso no podemos perder tiempo.
La Revolución Bolivariana debe diseñar acciones que sean un latigazo en la soberbia y la ceguera de la humanidad capitalista, es imperativo que el mundo concientice que transita en las márgenes del abismo.
La forma de estas alertas deben trascender a los discursos, es necesario tomar medidas heroicas, la iniciativa corresponde a los dirigentes. Nosotros proponemos que se convoque a un Congreso Mundial por la Defensa de Gaia. Donde se convoque a los más destacados de cada país. Eso sería un buen comienzo.
Pero además proponemos que se estudie, se piense, en detener la producción y los envíos de petróleo por un día o dos como una manera de alertar al mundo de la urgencia de modificar la locura consumista. Ya estamos oyendo los gritos por esta propuesta, ya sentimos el desprecio que ella suscita, estas reacciones serán indicativos de la gravedad del problema y la incapacidad de la humanidad capitalista para resolverlo.
¡Sólo el Socialismo salva a la humanidad!
¡Sin Chávez no hay Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez!
¡Orden del libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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