21.2.07

EL OBJETIVO CENTRAL DE LA REVOLUCIÓN

La superación del capitalismo, la Revolución Socialista, implica un cambio cultural radical. Significa un cambio en la visión de la vida, la fundación de una nueva ética, de nuevos sistemas de referencias, en fin, se trata de la creación de un nuevo cosmos.

Los revolucionarios, sobre todo los dirigentes, deben guiar al Pueblo en este cambio de mundos. La tarea es difícil, se trata de valorar, de medir la realidad con nuevos ojos, eso significa un cambio profundo de todo, del alma. Veamos.

En el capitalismo, por ejemplo, un aumento en la venta de carros es un éxito económico.

Pero, en la Revolución es un indicativo de que no hemos logrado instaurar la nueva relación social, no hemos conseguido mudar la esquizofrenia del consumismo que lleva al desastre planetario, que persistimos en intentar la solución individual de los problemas, relegando las soluciones sociales. En resumen, que no vamos por el camino de integrar a la sociedad.

Si creemos que el camino al Socialismo está en el aumento del consumo no esencial, en la satisfacción de necesidades de forma individual, en cubrir necesidades creadas artificialmente por el capitalismo, entonces, lo que construiremos es una ilusión de avance, y al final, tal como lo dijo el Che, nos percataremos que erramos el camino y dimos vuelta en círculo para llegar al mismo capitalismo creador de miseria que queríamos superar.

Si cometemos el error de competir con las estadísticas del pasado capitalista, que sólo miden la carrera demencial del consumo y la transformación material que favorece a ese consumo, estaremos reafirmando a un humano que sólo tendrá dos alternativas: ser aplastado en sus mejores potencialidades, convertido en una lamentable máquina mercantil, o condenado a ser despojo excluido de la civilización, un regresado a la época de las cavernas. Y al final lo que estaremos cavando es la profundidad de la sepultura del Socialismo, del nuevo mundo que pretendimos construir.

El planeta reclama un cambio de rumbo que sólo el Socialismo le puede dar, dejar la senda de la valorización del humano por las cosas que posea, y valorarlo por la espiritualidad que sea capaz de expandir. Es decir, el mundo reclama una sociedad donde la base de la relación humana no sea lo material, el poseer, sino lo espiritual, el ser, donde el hombre no exista por lo que atesore de material, sino por lo que cultive de espiritual.

En resumen, decimos que lo espiritual, la relación humana basada en el amor, la fraternidad, el desarrollo de las mejores condiciones espirituales del hombre, el arte, la ciencia, la cultura, sobre todo la conciencia de su pertenencia a la sociedad, son el objetivo central de la Revolución. Y lo material está justificado en la medida que contribuya a crear las condiciones para el desarrollo de la espiritualidad, nunca debe ser excusa para aplastarla.

¡Chávez es Socialismo y sólo el Socialismo salva a la humanidad!

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