18.1.07

¡AUTÉNTICO!

La realidad se impuso y la discusión se tornó inevitable en el campo bolivariano. Los recientes planteamientos del Comandante y las medidas que de ellos se desprenden, hacen impostergable el tomar decisiones. El territorio para la ambigüedad se estrecha.

Los diferentes componentes del campo bolivariano se ven forzados a entrar en territorios de definición.

Sin embargo, todavía hay mucha confusión y profusión de términos sin contenido. Ahora todos somos socialistas, pero pocos precisan con rigor qué significa eso. Sus definiciones “socialistas” difieren poco de los postulados capitalistas, se podrían intercambiar, son semejantes, sólo varían en la palabra socialista, que usan y abusan como una suerte de disfraz.

Las preguntas que surgen son:

¿Cuál es el Socialismo auténtico? ¿Cómo guiarnos en esta ciénaga de imprecisiones y camuflajes?

Lo primero es entender que el Socialismo es un sistema social que supera al capitalismo. De allí que no se puede ser socialista sin ser anticapitalista. Quién pretenda ser capitalista y socialista simultáneamente, es un engañado o un engañador, un iluso o un pícaro.

Son sistemas incompatibles, aunque en determinadas circunstancias, en alguna parte del camino, pareciera que conviven. En realidad siempre entre ellos se escenifica una feroz lucha de enemigos irreconciliables. Y es la posición que se tome en esta lucha, lo que nos define como socialistas o como capitalistas.

Entonces, no se concibe un socialista que simultáneamente sea capitalista, así como no se concibe un socialista que no sea antiimperialista, internacionalista, bolivariano, cristiano.

Pero, aún nos falta precisión ¿Qué es lo que define al Socialismo?

El Socialismo, para ser Socialismo auténtico, debe tener como fin último la integración de la sociedad que ha sido fragmentada por el capitalismo y el rescate de la conciencia del deber social, todo fundamentado en la propiedad social de los medios de producción. No hay atajos, sobre esa estructura básica caben todas las variaciones, fuera de esa estructura el Socialismo se desdibuja, se diluye hasta transformarse en sarcasmo.

Hoy en Venezuela tenemos una invalorable oportunidad de emprender el camino hacia el Socialismo auténtico. Y estas oportunidades vienen siempre aparejadas de una suerte de inventivas distraccionistas, maquilladoras, deformadoras, que tienen como finalidad extraviar la esperanza.

El Socialismo falsificado se conoce porque se nombra socialista y su práctica es capitalista. Se dice socialista, no obstante propone medidas capitalistas, teme a la propiedad social y a la conciencia social, y la escamotea.

Cuando nos disponemos a recuperar lo que la cuarta privatizó, vociferan su acuerdo, aunque de inmediato lo condicionan. Deben recuperarse, pero ¡no para la propiedad social administrada por el Estado! indispensable para fundamentar al Socialismo auténtico. Presurosos proponen formas disfrazadas de propiedad capitalista, de propiedad nosocial, de sólo una parte de la sociedad, que son base material del capitalismo.

Siempre están atentos para falsificar al Socialismo, para sabotear el camino. Por supuesto, en esta guerra sutil, también saldrán derrotados.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo! ¡Auténtico!

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