QUE NADIE SE DEJE ENGAÑAR, ROSALES NO ES ROSALES, es bush, es el imperio, el mismo que nos atacó en abril, que nos atacó en diciembre, y a punta de billete y extorsión nos atacó en la ONU. rosales es el muñeco de ventrílocuo del imperio, él no tiene plan, no brilla con luz propia, lo que hace es repetir, reflejar lo que le dictan sus amos norteamericanos. Veamos.
En Venezuela, y la esgrima en la ONU lo demuestra, están enfrentados dos proyectos políticos:
Uno, el de la redención del pueblo de Venezuela encarnado en el Comandante Chávez, que propugna la construcción de una sociedad donde cada uno reciba según su necesidad y aporte a la sociedad según su capacidad, siguiendo el principio de vida de los cristianos primitivos consagrado en la Biblia. En precisas palabras, una sociedad socialista donde el trabajo de todos sostenga a la sociedad de todos, a la concreción del sueño bolivariano de construir un mundo con el máximo de felicidad posible.
El otro, el proyecto de los norteamericanos, que es en resumen depredar, robar, succionar nuestras riquezas nacionales, llevarse el petróleo, el gas. El imperio es una bestia herida sedienta de energía, y ha salido al mundo a conseguirla a costa de lo que sea: Genocidio en Irak, agresión permanente al gobierno soberano del Comandante y a la Revolución Bolivariana, entrega y sumisión del gobierno del Perú, desestabilización del gobierno de Evo en Bolivia, extorsión de gobiernos y pueblos alrededor del mundo, bloqueos, sanciones ilegales y criminales, y paremos aquí de contar.
El proyecto norteamericano, es la asimilación del país a la economía globalizada norteamericana, la misma que necesita hacer un muro fatídico para aislarse de los miserables, que con sus tratados comerciales ha creado en México. La misma economía del ALCA que quieren imponer al resto de la América, y que la Revolución Bolivariana y el Comandante han derrotado.
rosales no es rosales, es bush, y tiene dos caras: la demagógica, tramposa, engañadora, la que muestra en la campaña, ofreciendo villas y castillos, sirenas y ballenas, hornos y olmos, hospitales y enfermos, turismo, escombros, espejitos, tarjeticas, barajitas, y diez mil cosas más. Y la otra cara, la verdadera, la oculta, la del plan gringo creador de miseria espiritual y material.
Estamos enfrentados al monstruo del norte, que hoy se disfraza de rosalito, el muñeco de ventrílocuo, y mañana, en diciembre, se puede disfrazar de militar traidor, o de paramilitar guarimbero, o de OEA diciendo que las elecciones no fueron limpias, o de debilidades pidiendo pacto, o de, en aras de llamados a la paz sin justicia, los que acepten firmar armisticios.
Por supuesto que el imperio será derrotado por el pueblo de Bolívar. El engaño no pasará, la agresión, tome la forma que tome, disfrácese como se disfrace, no pasará.
¡Chávez es Chávez… amor y sangre de su pueblo!
En Venezuela, y la esgrima en la ONU lo demuestra, están enfrentados dos proyectos políticos:
Uno, el de la redención del pueblo de Venezuela encarnado en el Comandante Chávez, que propugna la construcción de una sociedad donde cada uno reciba según su necesidad y aporte a la sociedad según su capacidad, siguiendo el principio de vida de los cristianos primitivos consagrado en la Biblia. En precisas palabras, una sociedad socialista donde el trabajo de todos sostenga a la sociedad de todos, a la concreción del sueño bolivariano de construir un mundo con el máximo de felicidad posible.
El otro, el proyecto de los norteamericanos, que es en resumen depredar, robar, succionar nuestras riquezas nacionales, llevarse el petróleo, el gas. El imperio es una bestia herida sedienta de energía, y ha salido al mundo a conseguirla a costa de lo que sea: Genocidio en Irak, agresión permanente al gobierno soberano del Comandante y a la Revolución Bolivariana, entrega y sumisión del gobierno del Perú, desestabilización del gobierno de Evo en Bolivia, extorsión de gobiernos y pueblos alrededor del mundo, bloqueos, sanciones ilegales y criminales, y paremos aquí de contar.
El proyecto norteamericano, es la asimilación del país a la economía globalizada norteamericana, la misma que necesita hacer un muro fatídico para aislarse de los miserables, que con sus tratados comerciales ha creado en México. La misma economía del ALCA que quieren imponer al resto de la América, y que la Revolución Bolivariana y el Comandante han derrotado.
rosales no es rosales, es bush, y tiene dos caras: la demagógica, tramposa, engañadora, la que muestra en la campaña, ofreciendo villas y castillos, sirenas y ballenas, hornos y olmos, hospitales y enfermos, turismo, escombros, espejitos, tarjeticas, barajitas, y diez mil cosas más. Y la otra cara, la verdadera, la oculta, la del plan gringo creador de miseria espiritual y material.
Estamos enfrentados al monstruo del norte, que hoy se disfraza de rosalito, el muñeco de ventrílocuo, y mañana, en diciembre, se puede disfrazar de militar traidor, o de paramilitar guarimbero, o de OEA diciendo que las elecciones no fueron limpias, o de debilidades pidiendo pacto, o de, en aras de llamados a la paz sin justicia, los que acepten firmar armisticios.
Por supuesto que el imperio será derrotado por el pueblo de Bolívar. El engaño no pasará, la agresión, tome la forma que tome, disfrácese como se disfrace, no pasará.
¡Chávez es Chávez… amor y sangre de su pueblo!
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