18.10.06

MOVILIZAR PARA EL DESENLACE

EN EL ENFRENTAMIENTO CON EL IMPERIO y sus agentes nacionales, nos aproximamos aceleradamente a una fase de desenlace. Las guerras asimétricas, como la que hoy libramos, se componen esencialmente de dos fases:
La fase de acumulación, que es una fase de preparación, en la que se debe elevar el nivel de conciencia revolucionaria, la conciencia de pertenecer a la sociedad, la certidumbre de que sólo en sociedad podemos resolver nuestra existencia, la convicción de que estamos en un proceso de integración de la sociedad que ha sido fragmentada por el Capitalismo. En esta fase se refuerza el compromiso de defender la Patria, y de continuar en el único camino posible para la redención de su pueblo: El Socialismo.
La otra, es la fase de desenlace, aquí se produce el enfrentamiento cruento entre las fuerzas que se disputan la conducción de la sociedad. Como consecuencia de este enfrentamiento, el paisaje de la lucha política, de los factores en pugna, cambia. Este cambio va a depender en gran medida de la conciencia y de la cantidad de fuerza que se haya sembrado en la primera fase.
Al desenlace nos aproximamos aceleradamente, por eso debemos tensar las fuerzas acumuladas en la primera etapa.
Esta fase de desenlace es una encrucijada para la Revolución, una posibilidad de un gran salto, o el extravío. El éxito depende de varios factores. Veamos.
Concientizar que el desenlace, la crisis que allí se produce, es ocasión propicia para el avance revolucionario. Para avanzar, debemos tener claro que no es suficiente derrotar a los oligarcas mantuanos, hacerlos retroceder, tambien es necesario defender la Revolución de la única manera posible, profundizándola. Esto significa que en la batalla debemos llegar a niveles altísimos de conciencia del deber social, y expandir la propiedad social sobre los medios de producción que sustente esa conciencia. En los momentos de desenlace el pueblo comprende las medidas revolucionarias. ¿Quién no hubiese entendido, en abril, la nacionalización de los canales golpistas? Y son estas medidas las que definen el rumbo.
La conciencia y la claridad de ideas, imprescindibles para los combates que se acercan, se afinan en la movilización. Es imprescindible movilizar al pueblo, tensarlo, sacarlo del marasmo electoral. Todos debemos saber que la pugna social que hoy vive Venezuela no se decide en lo electoral. La confrontación con el imperio y sus lacayos es una lucha de todo o nada, así lo han planteado los gringos y los oligarcas mantuanos que no se resignan a perder sus privilegios. Ya las fuerzas bolivarianas van comprendiendo que no hay lugar para pactos, para convivencias, entre la vida representada por nosotros, y las oscuridades de la muerte representada por ellos.
Por último, debemos unirnos alrededor del Comandante Chávez, del camino del Socialismo, de la defensa de la Patria. Nada debe estar por encima de esta unión.
¡Si se lanzan, la respuesta del pueblo será implacable!
¡Si se meten con Chávez, conoceran la fuerza del Volcán Popular!
¡Chávez es Chávez, lo demás… es gamelote!

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