5.6.06

LA PUGNA

La política, en esencia, es la pugna de las diferentes clases sociales por el control de la riqueza de una sociedad para ponerla al servicio de su proyecto de país. De lo anterior se deduce que si queremos estudiar la situación política, debemos empezar por estudiar las clases sociales que se disputan la riqueza, la forma como se la disputan, y sus proyectos de país.
En Venezuela son varias las clases que pugnan por la renta petrolera, principal riqueza nacional, y varios los proyectos de país. Hoy queremos referirnos a dos clases, la clase obrera y los excluidos, sus proyectos, sus formas de disputarse la renta.
Es pequeño el papel organizador de la clase obrera en un país de capitalismo periférico como el nuestro, y más todavía en un país rentista. No obstante, su papel es importantísimo como generador de conciencia revolucionaria. Ahora bien, el papel de masa crítica de la lucha liberadora corresponde a los excluidos. Estos son la mayoría.
Siendo así, los excluidos, que han sido la base social de la revolución bolivariana, necesitan de la labor cohesionadora, disciplinante, organizativa, de la ideología de la clase obrera. Si se extravía la clase obrera en conquistas económicas subalternas, en el mismo economicismo de siempre, en las ficciones cogestionarias, si se deja capturar por los cantos de sirena de la pequeña burguesía; y desatiende su tarea principal, conducirnos hacia el Socialismo, entonces traicionará su papel histórico.
En el gobierno ha prevalecido la ideología de la pequeña burguesía. Así se explican las piruetas económicas que driblan la base económica del Socialismo, y se explica el simultáneo estímulo a formas pequeñas de capitalismo, que no hacen otra cosa que vehicular la entrada de formas más evolucionadas de capitalismo.
Es así, que los excluidos, si bien han sido atendidos por las Misiones, han quedado huérfanos de formación política y de conciencia revolucionaria. En ellos se ha estimulado el egoísmo y se ha debilitado su participación como base social del avance revolucionario.
Este sector, al quedar a la deriva, comienza a pelear por su cuota de renta petrolera de la única manera que por ahora sabe: cerrando calles, chantajeando frente a un acto importante, secuestrando funcionarios, escribiendo chismes, etc.
Es imprescindible, a la par de la ayuda filantrópica, construir conciencia revolucionaria en los excluidos, conciencia del deber social, combatir el egoísmo, inculcar los valores socialistas y combatir los valores capitalistas. Es en esto que es imprescindible la labor educativa de los trabajadores.
Por eso el congreso de la UNT, fue una muestra de lo mucho que falta por hacer. Los trabajadores deben encontrarse con su ideología, derrotar las desviaciones pequeño burguesas, y conducir, con su ejemplo y con su prédica, al resto de la sociedad, hacia el socialismo.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!

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